CALMA CHICHA

*Una placa en Náhuatl en Santiago Tlatelolco: “Cuando reinaron los de Castilla, Cuauhtémoc ya tenía cuatro años de reinar aquí”. Camelot.

 

CALMA CHICHA

 

Veracruz vive una calma chicha. Los vientos que no soplan bien auguran tempestades. Uno ve las portadas de los diarios (Crónica de Tierra Banca) y encuentra mínimo tres defunciones, de gente querida y reconocida de la zona. El maldito Coronavirus ha flagelado a muchísimos en Veracruz, con el consabido fracaso del gobierno, que es como el de Gatell, con cifras malas. Soplan malos vientos y cuando el viento viene en contra no se encuentra puerto seguro, según Séneca. Siguen los muertos, los levantones, los secuestros y ajusticiados por esta zona de las altas montañas. Aquí los dos centros Covid, el hospital del IMSS y el de Río Blanco, atienden lo más y mejor que pueden.  Hay caídos, pero también hay actos de heroicidad. Hay plantones de los trabajadores, pero la delegación los ha atendido y les brinda lo que exigen que falta. Vivimos otros tiempos. Nos hace falta el gran Monsiváis, para que retrate esta pandemia de las ciudades, como él solía hacerlo. Viene una semana turbulenta, quizá llegue embarcado de España Lozoya a soltar la sopa. Y lo del otro Duarte, demorará. El presidente AMLO le ha bajado  dos rayitas a su pleito, desde que llegó de ir a ver al patrón, que lo mandó a llamar, anteayer, le ha bajado a la rijosidad y hasta el tuiter enmudece, pocos golpes ahora como se han visto en esa arena que es la red social más conflictiva y golpeadora, la del tuiter.

 

LOS ALEMAN DE INTERJET

 

El mundo cambió. La aviación mundial necesitará un par de años, o tres, para volver a subir a todos aquellos consumidores que viajaban. Los aviones estaban en tierra por la pandemia. Y los aviones deben estar en el aire. Aeroméxico necesitó acogerse a la Ley del Capítulo 11 en Estados Unidos de la ley de quiebras. No es que vaya a quebrar, si no lo que se les debe a los aeropuertos americanos, se meten a negociar una reestructuración. La compañía de los veracruzanos Alemán: padre, hijo y espíritu santo, Miguel Alemán Velasco, el hijo del expresidente y exgobernador de Veracruz, y el hijo Alemán Magnani, que hace poquito sorprendieron al mundo de los negocios radiofónicos, de donde comenzaron sus emprendedoras carreras en las comunicaciones, al comprarle a Televisa su parte accionaria en radio. Todos recordamos, los que somos más viejos que Parchis, cuando en la llegada del hombre a la luna, el gran Jacobo Zabludovsky con Miguel Alemán Velasco comentaron para Telesistema Mexicano la llegada de Armstrong y amigos que le acompañaron, un julio de 1969. Zabludovsky fue su maestro, el que lo llevaba a Alemán de la mano, para que dominara el difícil arte de la comunicación hablada, donde Jacobo era un experto. Contó alguna vez Alemán Velasco, que en un vuelo venia de compañero de asiento de alguien, a quien le presumía mucho saber el veracruzano de vuelos y aviones y de la NASA, cuando se presentaron con sus nombres, Alemán se sorprendió de que aquel era, ni más ni menos, que Charles Lindbergh (1902-1974), que algo sabría de los aviones y los vuelos, el gran piloto americano cuya tristeza en su vida fue haber perdido a un hijo secuestrado, que originó que se constituyera la Ley Lindbergh. El tema es que Interjet, con Alemán Magnani a la cabeza, recibieron una inyección de 150 millones de dólares de Carlos Cabal Peniche, un empresario que hace años había caído en desgracia y hoy se le ve dela mano de Morena y del presidente, y de Antonio del Valle, otro picudo de Forbes. Bien por eso, necesitamos esa línea aérea y todas las líneas mexicanas, mas esta que es de veracruzanos y que normalmente tomamos en el puerto para ir a donde se pueda, cuando se podía viajar. En Alemania Mamá Merkel rescató a Lufthansa, en España rescataron a Iberia, aquí fue el único país donde el pichicato y marro gobierno de la 4T les mandó a decir que se rasquen como puedan, en contraste con poderosos presidentes del mundo, que rescataron sus líneas aéreas, un gobierno insensible y pichicato el nuestro. En este tiempo, han cerrado 10 mil empresas, 12 millones de trabajadores en la calle, y lo que sigue.

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