REFLEXIONES EN LA CUARENTENA

 

La pandemia covid 19 sin duda puso en jaque los sistemas de salud pública de todas las naciones mostrando deficientes infraestructura, insuficiente personal e insumos a pesar de ser un servicio básico que todo gobierno debe proporcionar a sus ciudadanos. Ya se veía venir, ya lo habían advertido años atrás la comunidad científica y también otros organismos internacionales de la salud, lo vimos en las películas predictivas  (Pandemia, virus, etc.), se miraba llegar. Sin embargo los gobiernos mostraban más preocupación por el producto interno bruto, la paridad cambiaria, la inflación,  el superávit comercial, etc., etc., y qué ironía la falta de previsión ante las contingencias como éstas echarán abajo todos los pronósticos de crecimiento económico y demás indicadores micro y macroeconómicos de la mayoría de las naciones en este mundo globalizado. Llevará tiempo reorientar y reactivar la economía y los gobernantes seguramente enfocarán sus presupuestos con mayores recursos a la salud pública. Muchos se jugarán su futuro político y el de sus partidos en futuras elecciones en todos lo niveles gubernamentales en muchos países. En gran medida el logro de sus objetivos políticos  dependerá de su desempeño, inteligencia, toma de decisiones y acciones que hagan al respecto ante este difícil examen que significa la Pandemia del covid 19. Los ciudadanos del mundo ya no perdonamos, ya no olvidamos, queremos gobernantes con capacidades profesionales, con ética , con principios y también valores que pugnen verdaderamente por el bien común con una verdadera vocación de servicio, así como también requerimos  un modelo económico más humanista. Hay un gran dilema que tienen que resolver en este momento con sabiduría y bases objetivas ¿Abrir la economía o preservar la especie humana?.

A nosotros como personas también nos deja un gran lección, tenemos que cambiar nuestros hábitos de vida, dejar de ser presa del consumismo desbocado y mejorar nuestra alimentación para desarrollar sistemas inmunológicos fuertes y saludables acompañados de la activación física. Y a pesar de que ya se incluyen en los programas educativos temáticas y actividades para promover en los estudiantes estilos de vida saludables así como en las instituciones de salud y de asistencia social, aún nos quedamos lejos de llevarlas a la práctica. No hay duda nos hace falta disciplina, no es una característica de nuestra gente, no es un hábito común. Urge también cambiar nuestras escalas de valores, ser mejores seres humanos que propicien una armónica convivencia con nuestro congéneres y el entorno natural. Los retos de esta nueva era son altos, son difíciles y tenemos que afrontarlos con sabiduría para seguir sobreviviendo en este planeta llamado Tierra.