*De Javier Sicilia: “Pensábamos que podíamos detener el horror. No fue así”. Camelot.
EN ESE PARAJE MURIERON ( LOS LEBARON)
No salimos de una y entramos a otra. La tragedia de la familia Le Barón, mostró el verdadero rostro de México en las televisoras mundiales, lo mismo las americanas que las europeas. Todos hablaron de ese cobarde y proditorio crimen a una madre con sus pequeños hijos, indefensos, masacrados arteramente. Mostró Ciro Gómez Leyva lo que dijeron en los canales americanos. Anderson Cooper de CNN, FOX, la ABC, CBS, los diarios Washington Post y New York Times, El País de España, todos se asombraran de la pasividad de este gobierno que ofreció abrazos y recibe balazos, del fuchi y guácala al que sus abuelitas los cuiden, México se cubre de sangre a cada día y las autoridades siguen en sus mismo rejuegos de que van por el camino correcto, así lo dijo Alfonso Durazo, cuando la senadora veracruzana, Indira que no es Gandhi, le entregó un muñeco Pinocho, por mentiroso. En los tuiters, en todos lados Tumbaburros quedó en segunda opción de trending topic, cuando brotó este crimen que hizo al presidente Trump tender la mano y al presidente AMLO rechazarla, para Ripley. Uno ya veía drones y marines en Sonora, frontera con Chihuahua en una guerra en conjunto contra el crimen organizado, dando batallas los Seals con nuestros soldados y enfrentándolos a fuego directo. Bien lo dijo un senador republicano, a estos que disparan hay que contestarles con balas más grandes.
LOS AVISOS EN CONTRA
El primero que encendió las redes fue el actor Gael García. Dijo: “¿Para qué chingados votamos por ustedes? Más vale que asuman por completo su responsabilidad y hagan lo imposible para que esto no suceda más”. Directo al corazón de una gente brillante que votó por ellos.
Estado Fallido, le llamó un senador americano.
Manuel Clouthier: “Esto no ayuda a la inversión productiva, mientras se siga con la estrategia de abrazos, fúchila, guácala”.
Felipe Calderón tuiteó que la familia tenía protección de policías federales pero, llegando este gobierno se las retiraron.
Uno de los sobrevivientes, un niño de 14 años de edad, caminó 24 kilómetros durante seis horas hasta la comunidad de La Mora para avisar lo que había sucedido.
Una tragedia. El veracruzano Héctor Yunes Landa, frente al Senado y con el secretario Durazo oyéndolo, dijo: “En 11 meses suman 15 masacres en el país. El infierno avanza mientras la Guardia Nacional se utiliza para cumplir instrucciones de Trump y evitar el paso de migrantes a USA. En cada masacre, AMLO sólo se compromete a hacer justicia; lo que exigimos es que no sucedan”.
Marcelo Ebrard llegó al lugar de los hechos, frente a la camioneta incendiada de la familia, hablaba y hablaba, acompañado del secretario de la Marina, lo único bueno es que no le acompañó el general secretario del Ejercito, los soldados andan muy bocabajeados por permitirles que los insulten y los empuje cualquier macuarro y casi depongan las armas.
La carta que más conmovió fue la del activista y poeta, Javier Sicilia, que sufrió la muerte de un hijo y que un LeBarón lo acompañó en aquel tiempo incierto: “En ese entonces, Julián querido, pensábamos que podíamos detener el horror. No fue así: el poder, con otros rostros, con otros nombres, con otras maneras, continúa mintiendo, encubriendo la realidad, consintiendo la barbarie que, como lo dijimos entonces, está enquistada en el Estado como un repugnante lodo”,
El país está de luto. Bien lo dijo el Papa Francisco: “El Diablo le tiene bronca a México”. México se conmovió con estos crímenes a madre y a niños inocentes. Una comunidad de gente trabajadora, los Mormones, fue agraviada por ese flagelo que no podemos combatir, el de la delincuencia organizada. Pobres de ellos, pobre del presidente, que no sale de su laberinto, pobre México, pobres de nosotros.
