EL CURA REBELDE (SOLALINDE)

*De Albert Camus: ¿Qué es un rebelde? Un hombre que dice no. Camelot.

 

EL CURA REBELDE (SOLALINDE)

 

Como Porfirio Muñoz Ledo, siempre fue rebelde. Es un cura que ha lidiado contra gobernadores y contra quién o quiénes se le atraviesen un su camino pastoral, incluida su misma iglesia católica, apostólica y ahora mundial, no romana. A sus 74 años, este cura llamado Alejandro Solalinde, es quizá uno de los pocos mexicanos que ha apoyado y lidiado con la migración, lo mismo denunciando, como lo hace ahora, que tendiendo la mano y las ayudas en refugios temporales, que hasta la misma ONU le reconoció. Director del albergue Hermanos en el Camino, ayer lanzó sus penas al viento, como los Hermanos Carrión, y le dijo al presidente AMLO que no era por ahí. Tuiteó: “Valdría la pena que Andrés Manuel explicara a qué albergues de migrantes se refirió al hablar de lucro, porque, la mayoría no recibe fondos federales, sino internacionales. Otros, como Hermanos en el Camino recibimos excedentes perecederos del mercado de abastos”. Fin de la cita. El presidente calló. Guardo sepulcral silencio. Recuerdo a Solalinde un día que hacia espera en un vuelo de Aeroméxico en el aeropuerto internacional Benito Juárez de Ciudad de México. Le vi de lejos, era saludado por mucha gente, posaba para las selfies, lo admiran, es un cura rebelde pero de buen corazón, muy humano, tenía poco había dado un rondín por Tierra Blanca y había visitado la XHJF y el diario Crónica plasmó su caminar. Llegué y lo saludé, platicamos un rato, él volaba hacia Hermosillo, creo, yo mero de regreso a Veracruz. Sabia de nuestro estado veracruzano, presumía haberlo recorrido de Punta Delgada a Coatzacoalcos, como decía aquel recordado meteorólogo, Luna Bauza. Platicamos y nos despedimos, la empleada de la aerolínea anunciaba nuestro vuelo. No le pedí las bendiciones porque ya se iba, pero me tomé mi buena selfie con ese cura rebelde.

 

DE LOS ARREPENTIDOS

 

Ahora que el presidente invoca la Biblia a cada rato, muy seguramente se acuerda de aquel pasaje bíblico: De los arrepentidos será el reino de los cielos, que le dijeron al Patrón. Uno debe entender, más cuando se es funcionario público, aquella consigna; uno es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras. Sucedió así, el presidente, fiel a su costumbre de bronquearse todas las mañanas con quién se le atraviese, sea peso mediano o peso mosca (a mí me late que el presidente AMLO se levanta todas las madrugadas, se mira al espejo y pregunta a su jefe de prensa, Jesús Ramírez: “Chucho ¿a quién toca madrear hoy? Y el buen Chucho saca una lista como de directorio telefónico y le va dando nombres para que el jefe escoja, y escoge) El viejito (81 años) Javier Jiménez Espriú, secretario de SCT, al salir de Palacio Nacional cuando AMLO madreó a unos que le protestaron y se ampararon para frenar esa cosa llamada Santa Lucia, y prohibir que inunden el nuevo aeropuerto de Ciudad de México, al salir se le chisporroteó la lengua y dijo no estar de acuerdo con el presidente. Eso ahora, como en tiempos de Echeverría, que se gobierna más o menos similarmente, es firmar tu renuncia, ah, no estás de acuerdo conmigo, pues vete, como se le han ido varios funcionarios de primer nivel, entre ellos el gran German Martínez del IMSS, Cuando la nota brincó a los medios, alguien despertó de su letargo a Jiménez Espriú y le dijo: la cagaste, Burt Lancaster. Más rápido que Speddy González subió un tuiter, rectificando: “Yo estoy de acuerdo con el presidente”. Y las risas llegaron a Palacio Nacional, el mismo Jesús Ramírez, Maquiavelo al lado de AMLO, tuiteó y puso la rectificación del secretario con un solo texto: Sin comentarios. Este viejito, Jiménez Espriú, lo que debe hacer es venir o enviar a alguien a que arregle las muy jodidas casetas de Capufe en Fortín de las Flores y Cuitláhuac, en Veracruz, porque hay atascos de 40 minutos a una hora, y él anda tan campante allá pegado a las valencianas tabasqueñas del jefe, que casi emula a ese esteta de la corrupción, Gerardo Ruiz Esparza, a quien le valían todas las llamadas, ese solo quería estar al lado de Peña Nieto repartiéndose el dinero que se apañaban, ahora dicen los enterados vive muy quitado de la pena su año sabático, dónde creen, eso, en Paris, porque Paris bien vale una misa, dijera aquel. Si llegara la justicia terrenal, Ruiz Esparza debe ser el funcionario de Peña Nieto (a Peña se le aparecieron los fantasmas hoy, según denuncia de los americanos, que él niega, dice haberse portado bien) que siga en las demandas y se convierta, después de Lozoya lozoyin, en el otro funcionario más corrupto del sexenio pasado, que dejó obras mal hechas, tiradas y sin terminar, eso sí dando siempre las concesiones a sus cuates del grupo Atlacomulco, esa es unas de las causas de que AMLO canceló el aeropuerto de Ciudad de México, cuando vio la lista de pillines corruptos amigos del presidente, que habían ido a comprar en venta de garaje todos los terrenos aledaños a ese aeropuerto, de allí la cancelación. AMLO montó en cólera y dijo, aquí no pasan estos corruptos.

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