WINCKLER SE QUEDA

*Denme un Messi y conquisto cualquier torneo. Como cuando Napoleón pedía tres Morelos para conquistar el mundo. Le anotó tres goles grandiosos a Sevilla. Es un jugador tocado por los dioses. Camelot.

 

WINCKLER SE QUEDA

 

Mañana de viernes. Tomo la carretera Orizaba-Veracruz, voy a un rol fin semanero, de unas horas. Para asombro mío, la mugre autopista de Capufe y la caseta de Fortín ahora no tenía retrasos. ¿Qué les pasó? Pasamos libre, con su respectiva paga bien cara. La 4T elevó las cuotas, no importándoles los que allí circulamos. Como ya aumentó un peso la gasolina y me canso ganso dijo que no habría aumentos. Falló. Es la mañana que el Congreso de Veracruz anda en penaltis o, si lo llevamos al béisbol, a extra innings. Hace unas dos sesiones querían enjuiciar al Fiscal Jorge Winckler Ortiz, pero las matemáticas fallaron. No les daba el conteo para terminar el juego y suspendieron la sesión. El jueves la anunciaron para reanudarse viernes, y muchos escépticos pensaban que ya habían juntado la rama y se habían ido a la compra de votos y conciencias. Pues no, mijito, dijo Minga, una gente de mi pueblo. La sesión iba in avanti, diría un italiano, cuando este escribiente iba por La Tinaja, como cantaría Roberto Carlos en su tema, La Carretera: ‘La nostalgia viene a hablar conmigo, con la radio yo consigo, espantar la soledad’. Una amiga desde Xalapa me filtró la primera votación. La sesión era a puerta cerrada, máscara contra cabellera, pero los filtros de la KGB/Mossad y CIA comenzaron a trabajar. Se filtraba la primera votación. En el primer round  ganaba Winckler, el Fiscal de Hierro. No hubo novedades, aquellos diputados opositores que una mañana llamaron a un Notario para que firmaran ante él y ninguno se rajara, aún si llegaba billete, se mantuvieron en equipo. Unidos como un racimo de coyol, según tesis de Cástulo Delfín, un alcalde querido de mi pueblo, Tierra Blanca. La amiga periodista que me informaba el score me decía, como Monny Vidente, que la segunda votación estaba más fácil para Winckler, que en esa la sacaría del parque, como cuando grita el cronista de ESPN en un jonrón: “No, no, no que no, díganle que no a esa pelota”. Sesión terminada, agarraron sus cachivaches y a otro capítulo de la historia. Más tarde, el Fiscal envió un comunicado tendiendo puentes con el gobernador Cuitláhuac. Dijo que quiere trabajar de manera coordinada por el bien de Veracruz, o algo así, con los otros dos poderes, el Ejecutivo y Judicial.

 

CON DOÑA LUPE (EL KUINITO)

 

Fiel a mi costumbre de comer lo mejor donde ando, me fui a la veracruzana calle Costa Azul, entrando por el frente del hotel Lois, con doña Lupe por los chamorros veracruzanos, los más ricos del mundo, no solo eso, los acompaña con frijoles refritos y una salsa que no la come ni el Rey de España. He escrito hasta el cansancio que alguna vez comí estos mismos chamorros en París, en un afamado restaurante llamado Au Pied de Cochon, de la parisina la 6 Rue Coquillière, 75001, donde también hay uno en Barcelona y otro en México en la calle Polanco, en el hotel Intercontinental. Alta cocina francesa, le  llama su publicidad. Los meseros de librea, parlando francés y uno a señas pidiendo el chamorro. Con mi cuate Rico (José Luis), el amigo que no es rico, allí comimos afrancesados, pero no le llegan ni a los talones a los de doña Lupe, riquísimos. Platiqué con ella, porque ya solo tenía tres, se le acababan, me dijo que en carnaval cierran, pero vuelven a abrir en cuanto termine esa fiesta donde, a Pérez Fraga el góber lo dejó con el bat al hombro, sin cash como a Zedillo, como pollo desplumado. Ustedes que ahí viven, vayan y compren, doña Lupe es una mujer trabajadorcísima, de esa gente que uno valora y  prepara los más ricos chamorros del mundo. Esos fueron para llevarlos a casa y al otro día comerlos como campeón. Pero en el camino nos dio hambre y le dije a mi cuate Rico, que hacía mucho no comía los tacos de cochinita pibil, que en Veracruz son también de campeonato, y allí nos tenéis yendo a la calle de Urano a ‘Tacos David’ a pedir de tres en tres hasta llegar a diez. Caldosos y con su cebollita morada y unos chiles que pican peor que Messi, cuando se mete entre los defensivos. Cuenta económica, una fonda de tacos donde también se puede comer riquísimo y familiar, tienen sus mesas dentro y su fiel clientela, como la tiene doña Lupe en el Kuinito, Costa azul número 114, entre mar de Arabia y mar Báltico, dos lugares de excelencia de Veracruz. Así consumimos lo que Veracruz produce, que son cosas buenas y ricas.

 

EL PORTERO TIBURON (SEBASTIAN JURADO)

 

Más tarde, al llegar a mi aldea orizabeña, me puse a ver un rato a Los Tiburones Rojos de Fidel Kuri Grajales. No daban una, han andado de capa caída, iban contra Cruz Azul y vi que estaba casi lleno el estadio Pirata Fuente, afición fiel porque, además, iba Cruz Azul que anda igual de jodido, con todo y que fue finalista en la pasada liga. Anotó el Tiburón y dijimos, ya la hicieron, pero pronto les empataron. Suelo ser fiel a los comentaristas de TV Azteca, los que ahora transmiten a las Chivas de Guadalajara: Luis García, Martinolli, el cotizado Zague y el mundialista Jorge Campos. Los comentaristas hablaban y no paraban en elogiar al portero de Veracruz, un muchacho llamado Sebastián Jurado, que Cruz Azul no ganó porque hace atajadas al estilo de Gordon Banks o de Lev Yashin o de la Tota Carbajal, por nombrar algunos legendarios porteros. Este joven fue el mejor jugador del partido, aclamado por los comentaristas, de 21 años, salió de la escuela de Adolfo Ríos, otro portero de Veracruz y, me cuenta René Martínez, que su carta ya la tasaron en 1 millón y medio de euros, que hay equipos en Europa que lo quieren. Deben dejarlo ir, que vuele como los mexicanos que andan en el futbol europea. Un orgullo porque, además, es veracruzano y Fidel se meterá unos billetes extras. Si uno pica el Google, hay cientos de sus grandiosas atajadas. Otro orgullo veracruzano.

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