El síndrome del «nunca pierde», y si pierde arrebata

El resultado final de las encuestas de preferencias aplicadas en MORENA por tres empresas señala el 58.6 % para Mario Delgado y el 41.4 % para Porfirio Muñoz Ledo. De inicio lo convenido estableció la encuesta como método final para resolver quién dirigirá a MORENA, sobre ese acuerdo operó el proceso. Pero, no se logró superar el nefasto síndrome que aqueja a ese partido de no reconocer derrotas solo las victorias, aquello como signo de fraude, estas últimas, como señal democrática. Era de esperarse, Muñoz Ledo no reconoce la derrota, porque según su interpretación es “el triunfo del dinero sobre los principios” y ahora postula “la única decisión aceptable para la organización de un partido político es la de las bases de ese partido expresadas a demás en sus órganos constitutivos”. Y semejante a la expresión de López Obrador al declararse “presidente legítimo en 2012, y de Noroña colocarse “en el corazón de los mexicanos”, cuando no accedió a la presidencia de la Cámara de diputados, ahora Muñoz Ledo declara: “No nos han ganado de manera alguna. En nosotros, toda la militancia, reside la decisión final”. Es el signo del eterno retorno.