Para bien o para mal, los actuales son tiempos de cambios en México, donde el entorno político se ha convertido en un show permanente, y en el revuelto escenario loa actores pelean por papeles de elevado protagonismo. Así lo ha venido manifestando Gerardo Fernández Noreña, a quien su empresa promotora, el Partido del Trabajo, impulsa para ocupar la presidencia de la Cámara de diputados en su último año de funciones y en ese devenir ha acudido a chapucerías que afectaron incluso la mayoría de Morena con el transitorio riesgo de perder la jefatura de la Junta de Coordinación Política, lo cual sirvió a Mario Delgado para reaccionar en consecuencia: “Ningún interés personal puede estar por encima del proyecto de nación…”, como mensaje directo al corazón del proyecto petista y de Fernández Noroña para decirle: “tú ya no vas”. Y este día es probable que el PRI obtenga una probadita de la gloria que antaño prodigaba cuando su mayoría parlamentaria decidía el destino del Poder Legislativo federal.