CASETA DE FORTIN DE NUEVO

*Insistir, exigir y pedir, he ahí el dilema. Camelot.

 

CASETA DE FORTIN DE NUEVO

 

El senador veracruzano, Julén Rementería del Puerto (Veracruz. 23 de julio de 1961, edad 58 años), tomó la alta tribuna del Senado y de su ronco pecho gritó una petición que nadie ha hecho caso desde tiempos remotos pasados, desaparecer o reubicar la mugre y atrasada y horrible caseta de paga de Fortín de las Flores, en Veracruz. Esa misma que un día el gobernador Cuitláhuac llegó y de su también ronco pecho dijo que la quitaba, porque la quitaba. Ajá. Es una plegaria que se ha dado desde que la caseta nació. A poco tiempo, los moradores se dieron cuenta que obstaculizaba todo, el comercio y el transporte. Aquí llegaron gobernadores, vino una vez y recuerdo al senador Juan Bueno Torio, que de poderoso cargo tampoco pudo retirarla, ni reubicarla ni nada. Las cámaras de comercio y empresariales piden a gritos que se reubique. O que se retire, y que lo que se cobra en ella (33 pesos) se cobre en la de Esperanza. Un panista me dijo el por qué Julén no la pidió cuando gobernaban Calderón o Fox, que eran sus correligionarios. Es punto menos que imposible. Menos ahora que la 4T hace agua con sus austeridades ahorradoras republicanas, que tienen al país en crisis, sin medicamentos, sin hospitales sirviendo, sin guarderías para niños, faltando todo para la salud y roguemos  a Dios no llegue el Coronavirus, porque si no pudieron en Veracruz con el Dengue, que el Patrón nos agarre confesados. Es una lata esa caseta de paga, en temporadas normales sufre atascos, a veces las colas llegan hasta Orizaba. El gerente, Marco Antonio Olguín Hernández, no se pone trucha y deben poner las casetas volantas que se fijaban en temporadas de vacaciones o puentes, también es probable que por el ahorro le hayan ordenado no contratar a gente extra que laboraba en esos días. Vaya usted a saber. Lo único cierto es que los conductores pagamos los platos rotos con demoras, donde a veces se pasa una hora, viendo el atasco y mentando madres para todos lados. Y el punto más álgido es que esa caseta recauda 4 millones de pesos diarios, y en la crisis de este gobierno, que hace agua, pues el viejito Jiménez Espriú (SCT) no va a perder ese ingreso. O sea la ley del ajo: A aguantarse y ajoderse.

 

LA PENA DE MUERTE

 

El partido bisagra, PVEM, los Verdes Ecologistas, que se alían con los que estén en el poder, y tienen la suerte de aliarse por lo regular con los que ganan, alguna vez con el PRI, ahora con Morena, morenita mía, gritó y llevó al Congreso que México instaurara la Pena de Muerte, para tantos violadores y criminales de feminicidios. El presidente AMLO rápido los atajó. No creía en esa Pena de Muerte, y tiene razón. La Pena de Muerte, aún en Estados Unidos, donde algunos estados la tienen vigente, no sirve para gran cosa, pasan 20 o 30 años los sentenciados y no logran mandarlos al infierno, porque apelan y apelan y siguen apelando, y cuando ya los inyectan letalmente, ya están viejitos. La Pena debía ser instantánea, como cuando en México las columnas rurales agarraban a los roba vacas, por el rumbo de la Cuenca del Papaloapan, y los ahorcaban y allí los dejaban colgados de un gran árbol unos buenos días para que no cundiera el ejemplo de andar robando vacas, abigeos, les llamaban. Era la consigna: ahórcalos ahora, luego virigüas. Como en la época de Pancho Villa y su División del Norte (Oye tú, Francisco Villa ¿Qué dice tú corazón?). A México no le sirve, lo que debía hacer el sistema judicial, es echar fuera a tantos jueces corruptos que los liberan, o los dejan pocos años mediante un billete grande. Eso es mejor.

 

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