Poza Rica, el Pulpo y la Pulpita

Sin tacto

 

Poza Rica, el Pulpo y la Pulpita

 

Por Sergio González Levet

 

Como si fueran víctimas de un anatema bíblico, los pozarricenses han tenido que soportar recientemente dos desgracias de alto calibre.

La más terrible y desastrosa es, a no dudar, el diluvio que cayó inmisericorde y destrozó patrimonios y haciendas de miles y miles de damnificados, que siguen buscando la manera de salir del hoyo húmedo y lodoso en que los sepultó primero la ira líquida del cielo y después la insensatez de tantos funcionarios designados y/o elegidos que quisieron sacar raja de la tragedia y llegaron disfrazados de buenos samaritanos para tomarse la selfie, la foto, el videíto, y subirlos a las convenientes redes sociales, con vistas al futuro inmediato del 27, y al mediato del 29 o del 30.

Pero hay otra desventura que se desarrolló a largo tiempo: la del pésimo gobierno municipal de Fernando el Pulpo Remes, que fue tan buen beisbolista en las paradas cortas como mal alcalde en el Palacio Municipal.

El otrora short stop maravilla de los Tigres del México devino en un empresario exitoso y con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador se convirtió en una de las peores recomendaciones de éste cuando lo ungió en 2021 como candidato a alcalde por Morena de su no natal Poza Rica (nació en Montemorelos, Nuevo León y allá se debió haber quedado, piensan sus todavía gobernados del municipio petrolero).

La gestión del Pulpo como Presidente Municipal de la ciudad en la que estableció sus negocios ha tenido de todo, pero para mal.

Se sospecha de él que ha manejado de manera incierta los recursos del erario y se tiene la certeza plena de que en cuatro años logró ganarse el desprecio de la comunidad, que padeció su falta de criterio, su incapacidad para administrar y su limitada visión social.

Soberbio, corrupto, insensible, estólido, conquistó a pulso la animadversión de todos los sectores de la ciudad, que se proyectó en una empecinada serie de críticas y señalamientos a su gestión que surgían -como la definición geográfica de las islas- por todas partes menos por una.

La cereza del pastel de la desilusión y la ira ciudadana se manifestó plenamente en las votaciones de la elección municipal el primer domingo del pasado junio.

Como era de esperarse, el Pulpo adjuntó a la estulticia su necedad e impuso como abanderada de la coalición de Morena y el Partido Verde a una incondicional suya, Adanely Rodríguez, que comparte con él su falta de cercanía con la gente, su altanería y su gusto por el boato y el lujo.

Las vueltas de la vida y la necesidad perentoria del Gobierno de la Cuarta Transformación convirtieron en certeza la veleidad y así las autoridades le concedieron graciosamente a Adanely una victoria que los pozarricenses saben que no fue verdadera.

Pero el tiempo cruel y la realidad canija harán que el 1º de enero de 2025 la delfina de Remes, la Pulpita del Pulpo, tome posesión, sí, de las oficinas del Ayuntamiento, pero igualmente de la responsabilidad de rescatar al municipio y la ciudad de la desventura y la desolación.

Y todos saben que no va a poder, por lo que los momios están a favor de que no dure mucho en el puesto espurio.

 

sglevet@gmail.com