AERONAVES Y LIKES

AERONAVES Y LIKES

Salvador Muñoz

Los Políticos

 

En días recientes, el Gobierno de Veracruz fue severamente criticado por el uso de un helicóptero oficial para transportar a las actrices Salma Hayek y Angelina Jolie. Las redes sociales, como de costumbre, ardieron en juicios rápidos y sin matices, acusando frivolidad, derroche y hasta culto a la celebridad. Sin embargo, lo que pocos mencionaron es que ese vuelo podría significar una inversión a futuro: ambas estrellas han mostrado interés en utilizar los escenarios naturales de Veracruz para proyectos cinematográficos. En términos económicos, eso podría traducirse en turismo, empleos y proyección internacional. Pero no, la visión de la Gobernadora en ese aspecto, no vende tanto como el linchamiento exprés.

Hoy, sin embargo, el uso de otra aeronave vuelve a la tribuna pública por una razón que no admite dobles lecturas ni mala leche, ni filias ni fobias: el traslado urgente de un menor de 12 años, originario de Huatusco, con quemaduras de segundo grado en el 97% de su cuerpo, hacia la Ciudad de México.

El niño, víctima de una explosión por acumulación de gas en un boiler, fue atendido inicialmente en el Hospital Regional de Alta Especialidad del Issste en Veracruz, y posteriormente trasladado al Centro Nacional de Investigación y Atención al Paciente Quemado (CENIAQ), del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).

En este caso, la aeronave fue un puente diferente al del helicóptero de Salma y Angelina. Este fue un puente de vida.

El mérito no sólo es del uso de la aeronave, sino de la capacidad de respuesta y coordinación entre instituciones que, muchas veces, parecen operar en galaxias distintas.

El Secretario de Salud estatal, Valentín Herrera Alarcón, no sólo reaccionó con rapidez, sino que fungió como enlace directo para asegurar la atención especializada del menor. A ello se sumó la intervención y sensibilidad de la Gobernadora Rocío Nahle, lo que permitió que todas las piezas se movieran en la dirección correcta.

Aquí no hubo reflectores ni alfombras rojas. Hubo un equipo multidisciplinario del Issste Veracruz haciendo lo que mejor sabe hacer: salvar vidas.

Médicos, enfermeras, biomédicos, inhaloterapeutas, trabajadores sociales, camilleros… todos ellos tejieron una red de atención que, si bien no asegura aún la recuperación total del niño, al menos garantiza que no quedó solo ante una tragedia que requiere más que buena voluntad.

Este episodio nos recuerda que el uso de recursos públicos, cuando se aplica con sentido humano, no sólo es legítimo, sino necesario. Hoy, una aeronave del gobierno no sirvió para alimentar escándalos, sino para encender una esperanza. Y esa, vale más que mil likes ganados con bilis.