Hechos, no solo palabras.

Hechos, no solo palabras.

Hace unos días me encontré con el Licenciado Ignacio Morales Lechuga. El encuentro, sin duda, fue para mi por demás afortunado. El Licenciado Morales Lechuga es una persona inteligente y un distinguido personaje. Se dice que una persona puede escalar los peldaños de la fama, pero lo que más le costará trabajo es descender cada escalón. Así, lo afirmo, el gran valor que tiene el Licenciado Ignacio Morales radica en su capacidad de ser siempre humilde frente a los demás. Varias veces he tratado al Licenciado Morales, y siempre tiene las palabras adecuadas para hacernos sentir bien. Más allá de los cargos que ha tenido el Licenciado Morales: Secretario de Gobierno de Veracruz, Notario Público connotado, Procurador de Justicia de lo que fue el Distrito Federal, Procurador General de Justicia la República, así como Embajador de México en Francia, Rector de la Escuela Libre de Derecho, entre otros cargos. Hechos, no solo palabras, he titulado esta crónica periodística, por una pasaje que viví junto a él: Cuando fue Secretario de Gobierno de Veracruz el Licenciado Morales Lechuga, formé parte de una comisión de trabajo junto con funcionarios de la Liga de Comunidades Agrarias. Se nos encomendó investigar un predio para expropiarlo por donde pasaría una obra de PEMEX. Pero la sorpresa es que ese terreno estaba ocupado con un caserío. Al regreso le explicamos al Licenciado Morales la ocupación que había en ese predio con doscientas casas pobres desde hacía cuarenta años. La respuesta del Licenciado Morales fue: “miren, nos dijo, para expropiar un terreno se hace por causa de utilidad pública, y la utilidad pública está plenamente demostrada con el derecho que les asiste a los pobladores y sus familias en ese lugar, por lo tanto, déjense las cosas en el estado en que se encuentran y buscaremos otra ruta para PEMEX”. Esa decisión fue una natural y plena justicia del Licenciado Morales.

Cuando una persona es de bien, como el caso del Licenciado Morales Lechuga, las palabras en el texto que ha de escribir el periodista se acomodan solitas. Hechos, no solo palabras. Doy fe.