ASI JUGO MEXICO 

Y cuando despertamos, estábamos eliminados. Camelot 

 

ASI JUGO MEXICO 

 

Después de la tempestad siempre vuelve la calma, dice el clásico. Echado en el mullido sillón, dijera Gil Gámez de Milenio, me apoltroné a disfrutar el México-Arabia, el último tren para pasar a la inmortalidad o regresar a casa. Y recordar, lo que un día dijera Seyde de los seleccionados o gritar lo que un día gritó Fernando Marcos: ¿Por qué Dios mío, porque a nosotros siempre nos pasa eso? Junto donde vivo hay una obra escandalosa, unos albañiles golpeaban tirando un muro de cemento, les mandé a decir, como Canelo a Messi, que por favor callaran un rato su mazo porque no se oía a los narradores de TV Azteca, sitio donde los veo. Como Gabino Barrera, entraron en razones y callaron su ruido de demolición. Y me concentré. Me dije a mi mismo, ahora o nunca. Crítico, desde que vi llegar al Tata Martino, pensaba que ese hombre no sacaría ese buey de la barranca. Como fue. No lo sacó. Perdió el juego y lo primero que hizo, el muy cínico, es no dar la cara, mandar un mensaje en redes sociales de que ya había acabado su contrato cuando el árbitro pitara el final, y se marchó cantando un tango a su tierra. Qué bueno, porque a México no podría llegar, donde se parara le iría como en feria, algún Canelo Álvarez le saldría por la calle.  

 

EL JUEGO DEL MUNDIAL 

 

Era ahora o nunca. O se ganaba y se anotaban goles o se regresaría a casa vía el AIFA, para que nadie viera a los jugadores. Contra la costumbre de dar un mal partido, ahora dieron un buen partido. Pero un enorme fracaso, tenían añisimos (1978) de que no pasábamos al cuarto partido. Ayer nos ocurrió. O sea, este mugre entrenador vino a enviarnos al pasado. Así hubiéramos jugado los tres partidos y otro gallo cantaría, pero los ‘hubiera’ no existen. Señal de que hay que jugar con los jóvenes, los veteranos, Herrera y Guardado y Ochoa y amigos que les acompañan, ya deben sentarlos y buscar jóvenes. Ese muchacho, Luis Chávez, ese jugador del Pachuca, que ya lo quiere el Leverkusen, lo debutaron a los 26 años cuando ya debía, a esa edad, haber jugado dos mundiales. Pero las mafias de los clubes no tienen miras futuristas. Cuando llegó al Pachuca, dos veces lo regresaron, le decían que no daba el ancho. Hasta que un día en la tercera fue la vencida. Por poco se convierte en el héroe mexicano del Mundial. Anotó uno directo y el otro, por poco cae. No hay que buscar a los culpables. Los culpables ya existen: Yon de Luis, Mikel Arriola, las televisoras y por complacientes alcahuetes, los dueños de los clubes. El entrenador es el menos culpable, el Tata es un burro, alguna vez le entregaron al Barcelona, que ganaba todo, y este lo derrumbó. Hay que sacudir el árbol y que caiga lo podrido. Ayer el Hashtag se inundó de las tendencias de la selección, el primer lugar lo llevaba Yon de Luis, empleado de Azcárraga, todos le pedían la renuncia, y el cínico dice que no se va. Es un conformista de primera, poco antes del Mundial dio una entrevista al diario El País, y aseguró que él solo hecho de que México estuviera en el Mundial, ya era suficiente. Porque les genera la selección millones de dólares anuales, y a las televisoras, Televisa y Tv Azteca, que son las propietarias de las trasmisiones, a esas les genera muchísimos millones más. Es el cuento de nunca acabar. En un mes se nos olvida y regresamos a lo mismo, ahora un poco ‘más pior’, como dicen en la Cuenca, porque el próximo Mundial es en México-Estados Unidos y Canadá, y ni siquiera vamos a tener que eliminarnos. Alguien tiene que meter mano, también, para que los equipos no puedan alinear a 8 extranjeros, como lo tienen asegurado. Para dar oportunidad a que lleguen los jóvenes mexicanos. Porque vemos que los que llegan de las Sub 17 o 20 o la que sea, se pierden y jamás se les vuelve a ver.