Somos unos fanáticos irresponsables

Todo está descomponido y cada vez más. Es impresionante la cantidad de aficionados mexicanos que viajaron a Qatar. Dicen que son más de cincuenta mil. Algunos tendrán recursos para ello, otros habrán ahorrado, pero muchos de ellos se endrogaron por un sueño mundialista.

Es extremo que este evento mueva a la gente a vender su patrimonio o a perder los pocos ahorros que podían haber generado. Hay un ambiente de nerviosismo por asistir al mundial y muchos cayeron ante esta seducción, especialmente después de casi 3 años encerrados por la pandemia.

De este triste hecho, lo único bueno que algunos se acercaron más a Dios y a lo espiritual, pero eso no impidió que mucha gente haya hecho más porquerías con nuestra casa, la tierra. Cuánta contaminación, cuántos cubrebocas tirados en la calle o tapando las alcantarillas.

Y eso que todavía no le vemos el fin. Dicen que ya viene un nuevo brote durante la temporada invernal. A esto se suma que el trabajo sigue siendo escaso. Está más difícil que nunca la situación.

Y todavía hay quienes tiran sus ingresos por irse a dar una vuelta a Medio Oriente. Ni que jugara tan bien la selección. Es un grupo que no causa confianza. Es mejor apostar al futuro y no al futbol.