SUPLENTE NI DE DIOS 

*La pelota es redonda, el juego dura noventa minutos, y todo lo demás es solo teoría.Camelot. 

 

SUPLENTE NI DE DIOS 

 

Existen entrenadores que se sienten paridos por los dioses, muchos de ellos no valen un cacahuate. Cuidado con que un entrenador le haga mal de ojo a un jugador, porque lo tiene condenado al ostracismo. Sobrarían ejemplos. Tata Martino un día le cayó mal Chicharito, y lo condenó al destierro, solo por sus tompiates (palabra francesa) argentinos, no le importó el prestigio ni la carrera del gran Chicharito, el mexicano más conocido en el mundo. Una vez estando en París con mi nieto, fuimos a un kiosco a comprar gorras parisinas, cuando el empleado nos escuchó hablar español, preguntó: “¿Mexicanos?”, cuando asentimos, gritó: “¡Chicharito!”, y eso era Chicharito, el más conocido futbolista mexicano, y este estúpido Tata prefiere llevar al tronco Funes Mori en su lugar. He relatado que cuando Riquelme era la estrella del Barcelona, el entrenador lo traía entre ceja, oreja y madre. Una mañana de entrenamiento, le dijo: “Estás muy gordo, ponte a correr tres vueltas al campo”. Riquelme se rebeló, le dijo que las daría siempre y cuando el mismo gordo entrenador las diera con él. No perdonaba el pedigrí de su mejor jugador. Así son algunos. Ahora esa historia se está viviendo con Cristiano Ronaldo. Envuelto en una polémica, porque el mugre entrenador del Manchester lo quiere tratar como a un cualquiera, olvidando quién es y ha sido y su trayectoria. Lo tiene sentado de suplente y todavía lo castigó, porque aquel abandonó ese asiento antes de terminar el juego. Cristiano no es indisciplinado, si el entrenador no lo quiere más, que le diga a los directivos que lo vendan. Cristiano le habrá dicho al bárbaro entrenador: Suplente, ni de Dios. Sé de su trayectoria, es una gente muy humana, tuvo no hace mucho un mal acto cuando arrojó un teléfono de un niño, pero tiene muchísimos a su favor, como ese video que circuló cuando a un niño la seguridad no lo dejaba acercarse y Cristiano fue hasta a su lado, le dio su autógrafo y lo abrazó. Además, a México cuando el último temblor que dejó daños le donó un millón de dólares, cosa que nosotros, unos cuatro mexicanos que anduvimos por el Santiago Bernabéu, le agradecimos en una cartulina. Larga vida a Cristiano. 

 

MIS DOS MUNDIALES 

 

Llega el Mundial de Qatar. Los mexicanos, todos, somos técnicos de sillón, cada que juega nuestra selección, por lo regular no nos gustan los entrenadores o directores técnicos, como suelen llamarles. Recuerdo cuando el entrenador Mejía Barón en el Mundial de 1994, en Estados Unidos, no se atrevió a meter a Hugo Sánchez de cambio y la historia lo marcó como el entrenador que se quedó con los cambios. Stoichkov, el búlgaro del Barcelona, comentó que cuando vio a Hugo calentando en la banca, apretó aquellito, pues lo conocía muy bien al jugar él en Barcelona y Hugo en Real Madrid. Cada entrenador mexicano y extranjero tiene su Waterloo. Ahora mismo una televisora, ESPN, convocó como comentarista a Juan Carlos Osorio, que entrenador fracasado fue nuestro y él mismo dijo que se arrepentía de haberse ido, y yo mero le envié un tuiter diciendo que, Osorio y el Tata Martino son iguales de maletas. He visto en mi vida dos mundiales en vivo, el de México 86, algunos juegos, y el de Estados Unidos, cuando enfrentamos a Irlanda y quedamos 2-1 en el Memorial Stadium, con dos goles de Luis García. Después de aquel juego contra Irlanda, nos fuimos a Georgetown, porque allí estaban los bares de copas, allí convivimos irlandeses y mexicanos entre las chelas oscuras en sus llamados Pubs. Al acercarnos a ellos nos sacaban de altura como medio metro, y le dije a mi hermano Enrique: “Mira, así los veía Luis García cuando llegaba a las defensas”. Pero les clavó dos goles. Ese fue un buen Mundial, calificamos en primer lugar con Italia 1-1, y con Bulgaria empate, igual; con 5 puntos pasamos de líder, luego en el cuarto juego nos mandaron de regreso a casa. Cuando faltaban 15 minutos para terminar el juego y con el empate ante Italia pasaban los dos equipos, Rafa Márquez lideró la defensa y negociaron el empate, se pasaban la bola y hacían tiempo, mía, tuya, te la presto, diría El Perro Bermúdez, ambas selecciones se respetaban y Rafa orquestaba la calificación, era uno de los mejores del mundo. Luego me fui a Nueva York a ver a Italia, pero esa es otra historia. 

www.gilbertohaazdiez.com