UNA HISTORIA QUE CONTAR 

*De Lincoln: “Hay momentos en la vida de todo político en que lo mejor que puede hacerse es no despegar los labios”. Camelot. 

 

UNA HISTORIA QUE CONTAR 

 

Hace algún tiempo, el orizabeño Miguel Pérez, cuando era un chiquillo de 12 años solía ser recoge bolas en el campo ADO, allí por las propinas se hacía de unos centavos en lo que estudiaba, había tres recoge-bolas, dos eran hijos de Artemio, el cuidador del campo, uno falleció, allí le conocí y allí fue forjando lo que más adelante sería parte de su vida. Roger Federer alguna vez declaró que su vida en el tenis comenzó como recoge-bolas. Miguel, conocido como El Che, aprendió del tenis y lo jugó, se convirtió, años adelante, en Pro, es decir, daba clases. Partió a Playa del Carmen contratado a un hotel Holiday para enseñar el tenis y en esa zona de Cancún, en sus cinco años que allí vivió, conoció a una austriaca, que se lo llevó a vivir a su país, a Viena, a la Viena de los grandes palacios y de Beethoven y Mozart, el romance pegó en toda su extensión. Casó con ella y juntos iniciaron una nueva aventura de pareja, la instalación de un restaurante mexicano llamado Jalisco. Donde tenía de clientes a Patricia Espinosa, embajadora en Viena, quien luego sería secretaria de relaciones exteriores de México con Felipe Calderón, y entre sus clientes una vez le llegó Vicente Fox, que de visitita oficial allá aterrizó. 22 años después se divorció y perdió el restaurante, al repartirlo con su esposa. Tiene las dos nacionalidades, la mexicana y la austriaca de la Comunidad. Se fue a trabajar de jefe de Cocina al Museo Quartier, en Viena, el octavo espacio cultural más grande del mundo. A sus 55 años, habla cuatro idiomas: alemán, inglés, italiano y el español. Eso le ha servido para seguir en la vida de restaurantería. Viene cada año a Orizaba, la pandemia no lo dejó venir estos dos años, porque aquí vive su madre, una viejecita de 82 años que, con su trabajo y esfuerzo desde aquellas tierras, le remodeló su casa frente a la alameda, una bella casita de mampostería, céntrica y cómoda, ahora anda malita, y cada que llega me trae unos chocolates vieneses, cosa que se agradece, yo le entregué ahora una gorra española y un Cristo para su madre, para que la acompañe en su enfermedad. Miguel parte en estos días de nuevo a Viena, donde asegura que trabajará unos cuatro años más y se quiere regresar a casa, a poner algún restaurante aquí. Le digo que allá se quede, tiene buen nivel de vida y Austria es otra cosa. No tiene hijos y vive sus amores con una eslovaca, que un día la trajo aquí a mis oficinas, Tiene su guardadito en dinero y vive feliz ahora soltero, conociendo a las güeras rubias, que los morenos siempre tienen su pegue. Lo que le encargué es, si se puede, se traiga el Penacho de Moctezuma, que allá lo tienen agandallado desde hace muchísimos años. Tantos que ni nos acordamos. Buen viaje, Che.   

 

EL FUERO NO LE VA A ALCANZAR 

 

Anoche en los noticieros, se subió parte del extraordinario discurso y arenga de quien fue panista y ahora es plural independiente, senador Germán Martínez, en contra y en la misma cara del secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval. En las democracias, por eso los militares tienen de jefe un civil. El militar cometió el error de meterse a la política y hace unos días, desde el Castillo de Chapultepec, regañó a los legisladores (los patos tirándole a las escopetas). Los militares tienen prohibido en la Constitución participar en política, ni hacer discursos, pero el secretario, alentado por el presidente, se fue sobre los legisladores: “la desunión de los mexicanos, generada por la diferencia de intereses nacionales, allanan “amenazas extranjeras que afectaron y pueden afectar nuestra soberanía”. Cuando ayer en el Congreso, en la comparecencia de la secretaria de seguridad pública y con los dos secretarios, el de la Marina y Ejército, Germán se le fue hasta la cocina: “El fuero no le va a alcanzar” el supuesto involucramiento del secretario de Defensa Nacional en la esfera política y el poder que actualmente ostenta. le aseguró que “aprovechar su posición no lo exentará de ser castigado si incurre en irregularidades”. 

Guillermo Ortega, en su noticiero de las 10, dijo que jamás, en sus 50 años de periodista había oído dirigirse a un secretario de la defensa nacional, como lo hizo con valentía, Germán. El video de cinco minutos circula en las redes sociales. 

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