EL INFORME LE INTERESA 

*La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular. Camelot. 

 

EL INFORME LE INTERESA 

 

En la época de los dinosaurios, había varios lemas para el Día del Presidente, cuando la patria se rendía a sus pies en un 1 de Septiembre, y en autos descapotables iban a rendir su Informe de Gobierno. No importa cuál fuera, si el primero o el último. Hubo uno que decía: “El informe le interesa, habla de usted”. Y cuando terminaba uno no veía que te hubieran mencionado. El paseíllo se daba en auto descapotable Mercedes Benz y desde las ventanas la perrada le tiraba confetis al preciso, algunas, mentadas de madre también, pero queditas, procurando que no se oyera. Los y las diputadas se codeaban y peleaban por formar parte de la comitiva que recibiría al presidente a las afueras del Congreso. Si ibas entre esos 10 ya eras visto, y quizá las gubernaturas se abrían a tus posibilidades políticas. El cronista oficial, que era Jacobo en Televisa, narraba y contaba una por unas cuántas veces habían interrumpido al presidente con aplausos de pie, y hasta media los segundos y minutos el buen Jacobo. Luego venia el besamanos, el saludo al presidente. Las colas eran peor que las de Chedraui cuando hay ofertas. A Carlos Salinas, que era frágil y sus muñequitas eran de rococó, los médicos le ponían unas vendoletas como si fuera tenista tipo Rafael Nadal, para que no se le amoratara la mano derecha, después de tantos que llegaban y, entre más duro apretaban, mejor era la querencia. Eso se acabó, tiene rato que los informes presidenciales ya ni se dan. AMLO no los necesita, diario en su mañanera da su informe, quizá por eso ayer no tuvo audiencia, o quizá tuvo la más baja audiencia porque a nadie le interesa lo que dice, porque es una repetición de lo mismo en sus mañaneras. Lo que sí llamó la atención, y lo mencionó Ciro Gómez Leyva, fueron los 40 minutos que demoró el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, el tabasqueño que ya se mueve como sucesor y muchos creen que es la sorpresa. Adán demoró 40 minutos en llegar desde la entrada del Congreso hasta la tribuna, todos querían ser vistos por él, saludarle, apapacharlo, tomarle una selfie. Hubo un momento que no de pánico, momento de llamar la atención, porque cuando se encontró a Alito Moreno, presidente del PRI nacional y perseguido por la 4T, Adán lo llamó que se acercara y al odio le habrá dicho, que no se preocupe, que nada pasará, como la canción de Nelson Ned. O como aquella que Peña Nieto le dijo a Chayito: “No te preocupes, Rosario”. Y ella no se preocupó, cayó tres años a la cárcel por la venganza presidencial. 

 

ARRIBA DEL TAXI 

 

Suelo tomar estas mañanas un taxi para que me lleve a mi primer café, porque mi auto está en reparación en el taller todavía unos días más. He encontrado taxistas de todo tipo, desde los platicadores hasta los serios. Son pocas las cuadras, y bien me haría venir caminando, para hacer cao a lo que dice el medico: Camina y camina. Hoy en mañana fresca tomé uno, el taxista traía la música de Germaín de la Fuente vocalista de aquel legendario grupo de Los Ángeles Negros, me remontó a mis épocas de cuando este escribiente se dedicaba un poco a las representaciones artísticas y Los Ángeles Negros venían a Orizaba, Córdoba, Tehuacán, Veracruz, Tierra Blanca y dónde se pudieran. La rola era ‘Murió la flor’, y me acordé del último viaje que hicimos a Tierra Blanca, cuando en casa de mis padres los llevé antes del show y en medio de unos güisquis comenzaron a tocar y cantar, mi padre en su guitarra, pues sabia de música. Ya traían líos entre ellos, Nano y Germaín reñían por saber quién era el numero uno o el jefe del grupo y, lógico, el número uno era el cantante. De regreso en el autobús ambos, por separado, me dijeron que se iban a separar. Germaín se iría de solista con otro grupo y Los Ángeles Negros por su lado, les dije que no lo hicieran, que su destino y éxito era juntos, pero no aguantaron y al poco tiempo rompieron. Pero han dejado esa bella música que se seguirá oyendo por generaciones. Oh, los recuerdos.