ENTRE EL US OPEN Y EL INFORME 

*De Nietzche: “No que me hayas mentido, que ya no pueda creerte, eso me aterra”. Camelot. 

 

ENTRE EL US OPEN Y EL INFORME 

 

Transita el país entre el US Open neoyorkino, para aquellos que nos gusta el tenis, y el Informe presidencial de AMLO, que en sus spots se le ve enojado, tirando cifras que no corresponden a la realidad, culpando de todos sus males a los que ‘no somos iguales’, y tiene un libro, “El imperio de los otros datos, tres años de falsedades y engaños desde Palacio” de Luis Estrada, recién presentado en el Senado de la República, donde le documentan sus 90 mil mentiras (miente más que Trump, dice un opositor), cuya presentación acudió Joaquín López Dóriga,  lo que lo hizo enchilar aún más al presidente en contra de Ricardo Monreal, que deja la presidencia del Senado pero deja a uno de los suyos en Morena. Para que el presidente vea y sienta que se puede tener todo el poder, pero de repente alguien por allí te mete una zancadilla y caes. Bien lo escribió y retrató Shakespeare en su Enrique IV: “Inquieta vive la cabeza que lleva una corona”. Monreal se rebeló. Poco antes de la votación, cuando se andaba buscando sucesor, que al final fue uno de los suyos, dijo abiertamente que él no traía nada contra el presidente, que fue AMLO el que lo vetó cuando la Sheinbaum fue de lloroncita (ay de mi llorona, llorona de azul celeste), que había perdido la elección en CDMX por Monreal, que le aventó candidatas que la hicieron morder el polvo, como Sandra Cuevas y Lía Limón, par de alcaldesas, a quien, rencorosa y vengativa la Sheinbaum les ha inventado de todo, a una de ellas, Sandra Cuevas, la quiso desaforar con el poder de sus jueces a modo, por un incidente con unos policías. Esa Sheinbaum es de lo peorcito, diría el cronista terrablanquense en el exilio, Fernando Pavón. Monreal sabe que allí ya no tocará baranda. AMLO lo repudia y no tiene cabida en esas corcholatas y ese juego sucesorio. Y prueba de que es un hombre que muchos aceptan, ayer la oposición en la votación le dieron la mayoría de sus votos (52) para que él siguiera como presidente de los senadores. Pero no se pudo y al menos, quedó uno de los suyos. 

 

EL OTRO QUE SE VA (CHEKO GUTIERREZ) 

 

El otro que se va es el Cheko Gutiérrez Luna, quien el papá del verdadero Checo Pérez, le tiró un elogio de gran peso, dijo que será un gran gobernador de Veracruz. Y sus opositores sonríen, entre ellos el góber Cui, saben que ya no tendrá ni el presupuesto ni la cancha que cubría como presidente de los diputados y ahora divagará en el limbo, según ellos. Entre las corcholatas jarochas de Morena, una es la zacatecana Rocío Nahle, que lo de zacatecana no se lo quitará con todo y que la bauticen en el Rio Jamapa, como se bautizaba a la antigua, metiendo el cuerpo y sumergiendo la cabeza, el otro es el minatitleco, Checo Gutiérrez Luna. Esos dos ansían y suspiran por la corona veracruzana, del lado de Morena. La Nahle con el apoyo del gobernador veracruzano y Claudia Sheinbaum, y Checo Gutiérrez con el apoyo del bostoniano, secretario de Gobernación, Adán Augusto. Dependiendo quién quede, por allí vendrá el dedazo para Veracruz. Cierren las puertas.  

Y el otro esquema es el Abierto de Estados Unidos, el famoso US Open, que ha dado sorpresas, entre ellas Serena Williams, una veterana que ya pasó dos rondas y la sostiene el alarido del público neoyorkino, pero esa es historia para otro día. 

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