DE LA ROSARIO AL MURILLO KARAM  

*Cuando la historia revive los crímenes. Camelot 

 

DE LA ROSARIO AL MURILLO KARAM  

 

De aquel ‘No te preocupes, Rosario’, a la verdad histórica y al: ‘Ya me cansé’, ha llovido mucho, desde que Rosario fue encarcelada mil días, tres años por el capricho presidencial y porque, lo contó ella misma, no se sometió a las inquietudes del presidente AMLO, que la quería de su segunda de a bordo. La tarde noche del viernes, las televisoras encendieron a sus comentaristas con la nota de que el exprocurador de Peña Nieto, un hombre duro y recio, de gran equipo político, el exprocurador Jesús Murillo Karam, a las puertas de su casa, bien vestido con chamarra de cuero negra, tranquilo y con su conciencia limpia, se entregaba a los polis del fiscal Gertz Manero, un fiscal como él mismo, duros y recios. Mal encarado pero, lo dijo Murillo, el que respeta la ley. Dice la consigna que el hilo siempre se rompe por lo más delgado. Esta vez no. Fue a la cabeza de la procuración de justicia y el número dos, un tal Tomás Zerón, que salió por piernas a Israel, conocedor de que, aquí primero te apañan, y después virigûan, como dirían en épocas de Pancho Villa, mejor se marchó y a su barca le llamó libertad. Creen que van por Peña Nieto, pero lo dudo, cantaría José José. La historia apenas comienza. Ayotzinapa tiene muchos caminos que recorrer y muchas verdades y muchas mentiras. Cada quién la mira según el cristal con que la ve. Lo único cierto es que, ambas fuentes coinciden, que los jóvenes fueron desaparecidos, asesinados y escondidos sus cadáveres o arrojados al rio sus huesos, algunos dicen que incinerados, otros que no. Son las historias de este México cubierto de sangre, donde día a día hay más muertos que en cualquier guerra del Medio Oriente. En un país donde los abrazos y los balazos no se llevan. No conviven.  Matan sin piedad. Y van ganando los balazos.   

 

NO ES PENOSO, ES POLITICO 

 

La aprehensión del exprocurador de Peña Nieto en tiempos de Ayotzinapa, se vio totalmente en video, filtrado por ellos mismos. Un grupo llega a su casa en Lomas de Chapultepec. El exprocurador, tranquilo, ya había comentado hacía meses a sus hijos, según un trascendido, que sería detenido por este gobierno para limpiar un poco la cara sucia que traían, más o menos así. Y así se le vio en la banqueta, con tranquilidad prusiana, como una gente que conoce esos vericuetos legales de las detenciones, pues fue un procurador, como el que ahora lo manda detener, un tiempo fueron amigos, pero la política distancia, porque hay que servirle al patrón, que me mandó a llamar, anteayer. Como la rola de la borrachita. Detener a un tigre de ese tamaño no es tarea fácil. No era funcionario de cuarta. El agente investigador llega sumiso, muy educado, Murillo les dice que no cierren la calle, y que dejen a los vecinos tranquilos, porque el operativo era como si fueran por un narco y no por un político.  

“¿Me subo a la camioneta?”, le decía el detenido. 

Cuando comenzó a leerle sus derechos, el funcionario, abrumado y cabizbajo, le dijo: 

“Es penoso, de verdad”. 

“No es penoso, es político”, replicó Murillo Karam. 

Muchas noches pasarán para dilucidar qué fue lo que en verdad ocurrió aquella noche de Iguala. La Verdad Histórica contra la Nueva Verdad de la 4T. 

Máscara contra cabellera. 

Lo que es un hecho es que, la única coincidencia que tienen ambos grupos, es que a los 43 estudiantes los mataron, los liquidaron y sus cuerpos fueron desaparecidos, y es el día que ninguno de los dos equipos, ni este ni aquel, encontraron mas rastros que de tres de ellos, en aquellos famosos huesos enviados a la universidad de Innsbruck. 

Crimen de Estado, le llamó este gobierno. Y si es eso, seguro que van a ir por gallos más arriba, entre ellos quien era el Jefe del Estado. 

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