LOS PRESIDENTES MEXICANOS EN CUBA 

*Por siglos, el mejor recurso de Cuba ha sido su gente. Camelot. 

Si hay algún presidente mexicano que pueda hacer que Joe Biden y la política americana cambien respecto a Cuba, es AMLO. Desde que llegó tuvo química de primera con el presidente dictador Miguel Diaz-Canel. Lo trajo como orador principal al acto de la Independencia de México, cosa que disgustó un poco al tejano embajador Ken Salazar, tejano porque usa un sombrero de ese tipo. AMLO le ha dicho a Biden, personalmente y en persona, como decía Kamalucas, un filósofo de mi pueblo, que retire el bloqueo que data desde los tiempos de JFK. No han podido. El bloqueo es referente casi a todo, menos a alimentos y medicinas que Cuba compra a Estados Unidos, pero uno llega a la Isla y no encuentras nada americano ni extranjero, alguna vez Carlos Slim quiso penetrar con su telefónica, pero no se pudo. Cuba es una economía de Estado, nada es privado, ni el aire que respiran. Apenas reclamó AMLO que los 4 mil millones de dólares que habían ofrecido a Centroamérica, no han llegado, sin embargo, dijo lamentándose, que a Ucrania ya le han enviado miles de millones de dólares para defenderse de la guerra Rusa. AMLO debe hacerles entrar en razón, Cuba debe abrirse de una vez por todas, su economía es un fracaso, hay colas para tener con cupones unos seis huevos o un poco de pollo para el alimento diario, cosa que se ve terrible. Cuando la Revolución cubana entró en apogeo, López Mateos detuvo a Lázaro Cárdenas, que ya estaba listo, fusil en mano, para ir a defender a esa Revolución. López Portillo, Carlos Salinas, presidentes sobraron en México que siempre se aliaron a Cuba, en contra del boicot americano. Vicente Fox le hizo feo y el barbón comió rapidito y se fue, Calderón lo placeó, pero era una lógica al ser de partidos de derecha. Zedillo y Miguel de la Madrid pasaron sin pena ni gloria. Pero Cuba siempre ha sido Cuba y ahora los americanos ni voltean a verla, con todo y que Barack Obama visitó la Isla y se pensó que algo se abriría, algo se abrió, pero fue poco. Obama placeó su gloria de primer presidente afroamericano en esa Isla.  

 

EL AIR FORCE ONE 

 

El avión Air Force One, símbolo del poderío, aterrizó en La Habana. Como muestra de querencia, Obama llegó acompañado de su esposa Michelle, sus hijas Malia y Sasha y su suegra Marian Robinson. Aquello era histórico, como la gira que habían desarrollado allí Mick Jagger y los Rolling Stones, que causó furor porque fue una gira de gratis que los viejitos les regalaron a los cubanos (se puede admirar en Netflix). Se pensaba que Cuba se abría. Obama se reunió con Raúl Castro, pero no con Fidel, quien andaba ya malito. Se tiró sus buenos rones cubanos y se fumó un puro Cohiba, los que encantaban a JFK. Las banderas de Estados Unidos por primera vez se veían en los balcones pobres de esa gente pobre. Atrás quedaban los días cuando de Cuba huían los mafiosos en el levantamiento de Fidel. Y Guantánamo, es todavía una cruz clavada en esas relaciones. Era marzo de 2016 y la historia se paralizaba en esa fecha. Joe Biden era su segundo de a bordo, su vicepresidente. Y años después, cuando todos pensábamos que ese ostión se abriría, aún sigue cerrado, y con los americanos negándoles los espacios para sentarse en la Cumbre de las Américas, como lo ha pedido el presidente AMLO, mientras no abran la democracia, liberen encarcelados políticos, tengan elecciones libres y no violen los Derechos Humanos. AMLO puede ser el factor, es el presidente mexicano que mejor quieren y admira la cúpula de los cubanos, ese politburó que se mantiene cerrado y no permiten nada de libertades, como en la época de Stalin y Beria. Cuando la Unión Soviética sucumbió, el mundo para los cubanos se terminó. Regresaron a lo suyo, a su pobreza y falta de libertades. Allí llegó el presidente AMLO. Veremos qué ocurre. 

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