¿Del localismo empobrecedor…al enriquecedor? Y si no es Nahle la candidata…

Arrancaba 1980, era enero, y Veracruz empezaba a hervir políticamente porque estaba por terminar el sexenio de Rafael Hernández Ochoa, o sea, el PRI tenía que elegir candidato a la gubernatura.

Independientemente de los veracruzanos que hacían política en la capital del país, a cuya cabeza estaba Gustavo Carvajal, en ese tiempo presidente del PRI, sonaban varios nombres locales para la sucesión.

Los mencionados eran Carlos Brito, subsecretario de Gobierno; Fernando García Barna, presidente del Tribunal Superior de Justicia; José Luis Lobato Campos, director del Instituto de Pensiones, y Gonzalo Morgado, dirigente priista.

Meses antes la candidatura tenía dueño, incluso la ley fue reformada para que por simple “derecho de sangre” se pudiera ser gobernador de Veracruz y no fuera necesario haber nacido en la entidad.

Pero Carvajal, quien nació fuera del estado (hijo de Ángel Carvajal, éste sí nacido en Los Tuxtlas) y muy amigo del presidente José López Portillo, se creyó con posibilidades de ser el sucesor…pero no de Hernández Ochoa, sino en Los Pinos.

Así que con el autodescarte, los locales sintieron que tenían posibilidades de lograr la nominación.

En esas estaban cuando vino al estado, el 6 de enero, el presidente López Portillo y, a pregunta de que si el candidato a la gubernatura saldría de un político veracruzano con residencia aquí o de uno radicado en el altiplano, el Presidente terminó por echar un balde de agua helada a los de acá al soltar su frase de “localismo empobrecedor”.

A esto se unió el hecho de que corrieron al dirigente del PRI en la ciudad de Veracruz, Fernado López Valenzuela, porque destapó a Brito, García Barna y a Lobato.

El candidato resultó ser Agustín Acosta Lagunes, un desconocido para los veracruzanos, pero con el respaldo del Presidente, al que tuvieron que apoyar para que ganara con poco más de un millón de votos. Esto viene a cuento ahora que Veracruz ya está caliente por la sucesión del gobernador Cuitláhuac García.

La candidatura, que se sepa, está apartada para Rocío Nahle, la secretaria de Energía y una de las funcionarias más cercanas al presidente López Obrador.

Nahle, a diferencia de Carvajal, no se ha creído eso de que puede ser candidata a la presidencia -está en el grupo que apoya a Claudia Sheinbaum- y sí tiene puesto su corazón en Veracruz, pero…

Pero acá en el estado hay políticos locales preguntándose ¿qué pasaría si AMLO le dice a su leal colaboradora, que ha interpretado muy bien su pensamiento, que se quede en el gabinete para ayudarlo a garantizar la soberanía energética?

No es algo probable, puede considerarse como algo muy improbable, pero no imposible.

Así que varios morenistas de la localidad están dados a la tarea de pasar del localismo empobrecedor al localismo enriquecedor.

Y en esas están el secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros; el secretario de Educación, Zenyazen Escobar, y el diputado presidente de la Junta de Coordinación Política, Juan Javier Gómez Cazarín.

Por eso vemos al titular de la Segob recorrer una y otra vez el estado, lo mismo asistiendo a reuniones de seguridad que a fiestas tradicionales de los pueblos.

Y también vemos al responsable de la SEV, Zenyazen Escobar, empezando a dar otro trato a los maestros, regalándole puentes vacacionales, como el del 5 de mayo y el próximo por el Día del Maestro, haciendo recordar los días de descanso otorgados por Javier Duarte al más mínimo pretexto, sobre todo cuando estaba ahogado en deudas el gobierno y había que tener alejados de sus centros de trabajo a los profesores, para que no protestaran.

Claro que con esto también le tiran flechas a la luna. Saben que no le llegarán, pero sí pueden lograr un flechazo…al Senado.

Por lo que se ve en sus acciones, su corazón late con mucha fuerza en esta tarea.

¿Cómo se pondría el morenismo si llegara a darse la remota posibilidad de que la secretaria de Energía se quedara en el gabinete presidencial?

Calma, no se ofusquen. Ya lograron que muchos ojos los observen y ven lo bueno y lo malo de sus acciones. Además, no sea que se les pase la mano y en Insurgentes Sur quede registrado.