La libertad de expresión: La más preciada de las libertades

Por Mouris Salloum George

A 75 años de la primera entrega de los Premios Nacionales e Internacionales de Periodismo, y así en su sede permanente, en Filomeno Mata número 8, Centro Histórico; un edificio que tiene impregnado el espíritu periodístico y generoso de su fundador, Don Antonio Sáenz de Miera, donde sobre sus muros está escrito indeleblemente que el ejercicio del periodismo responsable, lúcido, independiente y libre en medio de asesinatos, secuestros, chantajes y amenazas de los poderosos en contra de quienes informamos a la opinión pública sobre el curso de la vida nacional; requiere de convicciones, pasión profesional y análisis crítico. Quienes ayer fueron distinguidos con nuestra máxima presea, dan muestras de ello.

Esta es la casa del periodismo independiente, donde celebramos a los galardonados con la alta distinción que otorga nuestro Club de Periodistas, a quienes destacaron por su trabajo en el año previo, recordamos y homenajeamos a los compañeros caídos en la defensa de la verdad y de las mejores causas del país. Le rendimos culto a las ideas, a esos duendes de las redacciones que han inundado las páginas patrias de valor, dignidad y esperanza. También reconocemos a quien los medios corporativos le han negado el honroso título de “periodista”, a quien nos ha dado información que ha cambiado el modo de hacer política a nivel mundial (Julian Assange) y que hoy le han impuesto la pena de cárcel, e incluso la amenaza de ejecución. Honrarlo a él nos honra a todos nosotros; lo hacemos porque el tributo al periodismo libre es un reconocimiento al patriotismo, al nacionalismo y a la democracia.

Se es patriota cuando se desempeña el enorme oficio de informar con objetividad y sin interés, pensando en la integridad de las causas que dieron origen a la más preciada de las libertades ilustradas: la libertad de expresión.

El periodista conjuga siempre todas las características del ser humano atemporal, del ser humano de carne y hueso, que aspira a la mejor distribución y a la impartición constante y expedita de la justicia.

La historia de México está llena de ejemplos heroicos de periodistas comprometidos con su pueblo; nuestra historia merece destacar los ejemplos de escritores, poetas, reporteros, camarógrafos y fotógrafos, quienes han regado con su sangre esta tierra de mujeres y hombres cabales. Por eso es que rechazamos a aquellos que han manchado nuestra profesión, haciéndose cómplices del soborno mezquino y artero. Nada justifica que alguien en nombre de nuestra profesión destruya voluntariamente el legado del periodismo independiente y combativo. Desde Filomeno Mata 8, alzamos las voces. Que viva el Club de Periodistas de México. Viva México