Y, sin embargo, se mueve: Frente Nacional por la Refundación del PRI.

Alfredo Bielma Villanueva

Pese al trauma provocado por la derrota electoral de 2000, el Partido Revolucionario Institucional pudo mantenerse con vigente poderío político porque gobernaba en 19 entidades federativas y su bancada en el Congreso mantenía fuerza suficiente para hacer interlocución con el gobierno panista de Vicente Fox, al cual el PRI y el PRD le entorpecieron sus propósitos de realizar las reformas legislativas acordes con su proyecto de gobierno. En esa tesitura, en el PRI se sentían con la fuerza y capacidad de reorganizarse para volver a Los Pinos en 2006, y lo hubiera logrado de no haberse ocasionado la intensa lucha interna entre Roberto Madrazo y el Grupo del Estado de México encabezado por Arturo Montiel que con otros gobernadores integraron el TUCOM, “Todos Unidos contra Madrazo. En esa pugna ganó Madrazo la candidatura priista a la presidencia, pero perdió la elección en 2006 frente a Felipe Calderón, del PAN. Sin embargo, la fuerza territorial del PRI seguía imperando y en 2012 con Peña Nieto recuperó la presidencia. Lamentablemente para el PRI, esa fuerza territorial se fue diluyendo en cuanto elección ha habido y ahora se constriñe a cuatro entidades: Coahuila, Estado de México, Hidalgo y Oaxaca. El próximo año habrá relevos de gobernadores en 6 entidades: Durango, Tamaulipas, Aguascalientes, Hidalgo, Oaxaca u Quintana Roo, de esas, el PRI gobierna (es un decir), en Oaxaca, y en Hidalgo; en la vieja Antequera el gobernador, Alejandro Murat, está entregado a Morena y no se duda que el PRI lo perderá, acaso pueda rescatar Hidalgo. En 2023, habrá elecciones en Coahuila y el Estado de México, en ambos gobiernan priistas, la joya de la corona es el estado mexiquense, pero su gobernador, Alfredo del Mazo, está cooptado, tiene poco margen de maniobra desde su elección, fruto de intensas negociaciones, porque si el PRD se hubiera aliado a Morena la gobernadora sería la actual Secretaria de Educación. Tal es en visión muy somera el triste diagnóstico para el PRI. Ahora, un grupo de priistas que aún tienen fe en la organización partidista que sirvió de gozne en la evolución política del país durante la segunda mitad del siglo XX mexicano intenta rescatarlo de la terapia intensiva en que se encuentra y reactivarlo. Tres vertientes de inconformidad respecto de su actual dirigencia se agrupan en ese propósito: Alianza Generacional, de José Ramón Martel, Grupo Líder, de José Alfaro y Plataforma para la Refundación del PRI de Fernando Lerdo de Tejada, con Rebeca Arenas, José Merino, Adolfo Toledo, José Encarnación Alfaro y otros integrantes de la Plataforma refundacional se reúnen esta tarde, a las 16.30 horas en el Casino Xalapeño, para debatir con priistas veracruzanos lo que deben hacer por su partido, y si aún tiene remedio cambiar a su dirigencia para quitarle la camisa de fuerza que lo mantiene inmovilizado.