POR: JOSÉ MUÑOZ COTA
(In Memoriam)
Quiero cortar tu risa
crecida bajo una ala de polluelo,
tu grito,
tu agonía.
Tienes la voz golosa como de pan bendito,
o cohete en la feria o de granada abierta
a la mitad del cielo.
Rezas con decisión, con gravedad y mando
-tu voz es caridad en zapoteca-
como quien toca firme su propia puerta.
Vives la jerarquía de los adioses
hasta en tu franca risa
y tu voz tiene alforzas escondiendo otros dioses
diminutos, de trigo, que no alcanza mi oído.
Desde mi barro, sonámbulo, intranquilo,
miro ardiendo tu voz en un largo pabilo
que es un quemar palomas y luceros.
Viéndote arder, tan horizonte, espero
dulce resurrección en tu ceniza.