Está en riesgo la salud humana, alertan investigadores

Investigadores aseguran que no se aprendió nada de la epidemia de 1918 y la de Covid-19

Xalapa, Ver.- La creación de un sólido sistema público de salud en México y el mundo es impostergable para hacer frente a otra pandemia, advierten investigadores, quienes aseguran que no se aprendió nada de la de 1918 y la de Covid-19 se vuelve a enfrentar desde una visión política.

Silvia María Méndez Maín y Luis Jorge Abejez García hacen un llamado a los líderes del mundo a atender las indicaciones de los profesionales de la salud y científicos, quienes desde al menos 10 años atrás advierten de un futuro en el que está en riesgo la salud del ser humano.

En la Cátedra de Excelencia Ruy Pérez Tamayo, dedicada a “Desafíos de la humanidad ante los virus”, los expertos en historia y población enfatizan que si los políticos no quisieron tomar en cuenta las enseñanzas del pasado para enfrentar la actual crisis, gran parte de la sociedad tampoco lo ha hecho.

Silvia María Méndez Maín/Foto: Cortesía | Comunicación UV

Señalan que igual que hace 103 años, las agendas políticas marcan las de salud y las relegan, aun cuando el futuro ya alcanzó a la Humanidad, que, observa, ahora está más preocupada por su individualidad y tecnología cuando se aproximan otras olas de Covid-19.

Luis Jorge Abejez García dice que, tal y como alertaron los científicos, una pandemia no solo era previsible sino inevitable, y con la excusa de la crisis económica de 2009, muchos países la ignoraron y aplicaron políticas de austeridad.

Mencionan que las acciones se materializaron en recortes a los sistemas públicos de salud, de protección social y en la privatización de servicios asistenciales.

“La manera en la que actuaron fue determinante en la capacidad de respuesta del conjunto de la población y del sistema sanitario y asistencial para afrontar la actual pandemia, con dramáticas consecuencias”, mencionan.

Silvia María Méndez establece que ya no hay tiempo para hacer a un lado al sistema de salud ni dejar de escuchar las llamadas de ayuda de los profesionales de este sector.

“Se ha priorizado la economía, pero al hacerlo se provocan constantes rebrotes que paradójicamente prolongan los problemas en la economía y en la familia, agudizando las desigualdades sociales que son, en esencia, el germen de futuras enfermedades”, observa.

En ese sentido, Abejez García sostiene que se ha priorizado lo económico sobre la salud como si ambos aspectos fueran autónomos y no interrelacionados.

Luis Jorge Abejez García/Foto: Cortesía | Comunicación UV

“Los políticos no quieren entender que la salud pública no es una cuestión sanitaria sino una cuestión sistémica y multifactorial, cuyas causas y efectos se retroalimentan y están ligados a las desigualdades sociales”.

Los expertos en sociedad coinciden en que las enfermedades, además de tener un impacto sobre la salud, afectan a corto, medio y largo plazo todos los aspectos de una sociedad: económicos, sociales, culturales y psicológicos.

La desigualdad social, más que lo estrictamente biológico, determina el impacto en la salud de una población o en un sector de la misma, declaran para luego afirmar que las epidemias evidencian y amplifican las contradicciones, los conflictos y las tensiones sociales tanto como los déficits prexistentes.

Por este motivo, la realización de políticas sociales de carácter preventivo es el medio más eficaz para evitarlas, asegura Silvia María Méndez Maín, quien añade que olvidar la tragedia de 1918 y las experiencias que de ella se desprenden ha vuelvo a las sociedades más vulnerables para adoptar la actual pandemia.

“En pandemia, libertad acaba”

“En tiempo de pandemia es necesario entender que la libertad de cada persona acaba donde comienza la salud de los demás, sentencia el especialista en historia de América Latina, Luis Jorge Abejez García.

Al referirse a la manera en la que la sociedad acata las medidas impuestas para evitar la propagación del virus causante de Covid-19, enfatiza que la gran lección de la pandemia de 1918 es que la responsabilidad individual tiene consecuencias colectivas.

Indica que en el siglo XXI los intereses de los individuos están más lejos que nunca de los colectivos, y unos y otros no corresponden a los mismos criterios, por eso entran en conflicto.

El investigador sostiene que la de ahora es una sociedad donde prima la exaltación del individualismo y se relega la búsqueda del bien común. Ante este panorama, dice que no es extraño que las medidas adoptadas se entiendan como un ataque a la libertad personal.

“Pensamos que en estos últimos años se ha dado un crecimiento exponencial de la estupidez en el mundo que afecta la gestión de esta pandemia”, expresó en su participación en la Cátedra de Excelencia Ruy Pérez Tamayo.

Rememora que algunos dirigentes de varios países, incluido México, durante algunos meses se sumaron a la idea de tesis negacionistas y conspiratorias, negando la efectividad de las medidas impuestas por los científicos o las propias vacunas, aludiendo supuestas confabulaciones.

Señala que la actual pandemia pone a las personas en un espejo: “Para las sociedades tecnológicamente avanzadas los desastres resultan inconcebibles. Se ha olvidado que compartimos el mundo con virus y bacterias, con la enfermedad y la muerte”.

El académico critica que ahora se viva en una burbuja tecnológica a la cual se le da el sentido de gran protectora, cuando en el mundo real la naturaleza obliga a salir del olvido que comenzó cuando concluyó la pandemia de influenza de 1918.

Poco probable erradicar virus Sars-Cov2

Para los próximos meses o años es muy poco probable que el virus Sars-Cov2 que provoca Covid-19 se pueda erradicar; una realidad más es que el tiempo se acorta para próximas epidemias/pandemias, asegura el bioquímico Carlos Federico Arias.

El coordinador de la secuenciación del Covid-19 en el país informa que a largo plazo se espera que el virus se convierta en un coronavirus causante de catarro común, pero pueden pasar cientos de años.

“Es difícil determinar con exactitud cuánto pasará para que sea una enfermedad manejable, con una morbilidad y mortalidad menor”, expresó en su intervención en la “Cátedra de Excelencia 2021 Ruy Pérez Tamayo”.

Carlos Federico Arias/Foto: Cortesía | Comunicación UV

Al referirse a las vacunas, prevé que los países de altos ingresos hayan aplicado los biológicos a una alta proporción de su población para 2022, pero muchos otros tendrán que esperar hasta 2023 o 2024.

Con este panorama, existe la probabilidad de que para 2025, cuando haya un mayor nivel de vacunación (70-80 por ciento), el virus empiece a circular con una intensidad más baja y también se note la disminución en nuevos casos.

Sobre las variantes del virus en el país, explica que a México han llegado las más importantes, pero una vez que se tuvo la Delta, se fortaleció, diversificó y extendió; ahora es la causante del 99 por ciento de los contagios.

Detalla que cada una de las ramas que surgen directamente del Sars-Cov-2 son denominados linajes, a los que se les designa con una serie de números y una letra del abecedario, para identificarlos, considerando su orden de aparición y su composición genética.

Da a conocer que en México están detectados 200 y se cree que dos pudieron haber surgido en este territorio. Se trata del AY-20 y AY-26. En el estado de Veracruz, informa que el AY-20 es el que está presente en un 65 por ciento, Delta AY-26 con 20 por ciento y otros dos ocupan el restante 15 por ciento.

El científico no descarta que vengan más enfermedades, epidemias y posibles pandemias, sobre todo porque hay una sobrepoblación y una mayor densidad que fortalecen el contacto, el movimiento de virus y personas infectadas.

Al hacer un recuento de las enfermedades emergentes, nombró el ébola, Sida, influenza, SARS, Virus del Oeste del Nilo, dengue, chikungunya, zika y Covid-19. Enfatiza que todos los virus pueden cruzar las barreras de especies.

Ruy Pérez Tamayo donará biblioteca privada a la UV

En la “Cátedra de Excelencia 2021” que lleva su nombre, Ruy Pérez Tamayo, Premio Nacional de Ciencias y Artes (1974), anunció que donará su biblioteca privada a la Universidad Veracruzana.

El patólogo, inmunólogo e investigador, quien se ha caracterizado por su generosidad y modestia, dijo que se trata de un acervo bibliográfico breve que da cuenta de sus intereses y de su imaginación.

Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información/Foto: David Bello | Diario de Xalapa

“Mi biblioteca consiste en todo lo que sé de la realidad; es muy poco lo que creo saber… ¿Cómo puedo dedicarle yo tan poco a una universidad tan generosa como ha sido conmigo y el mundo? Pues tengo que confesarlo, es todo lo que yo tengo y todo lo que yo soy”.

El divulgador de la ciencia expresó sus mejores deseos a la máxima casa de estudios del estado y manifestó que entregarle sus libros es lo mejor que ha podido hacer.

En la inauguración de la Cátedra, el rector de la UV, Martín Aguilar Sánchez, destacó la labor de quien es conocido como el “médico de médicos” en el país apuntó que Ruy Pérez Tamayo deja huella en las distintas ramas del saber en las cuales se desempeña.

Sala de Rectoría de la Universidad Veracruzana/Foto: Cortesía | Comunicación UV

Y es que el científico sobresale por haber logrado la descripción del efecto de la metionina en la cicatrización de las heridas. Describió también por primera vez en México la neumonitis reumática, amibiasis cutánea, criptococosis, enfisema bronquiolar y mesotelioma peritoneal.

Además, señaló las características propias de los tumores del corazón y pericardio, carcinoma primario del hígado, la tuberculosis y la cirrosis intersticial difusa, entre otros aportes sobre el papel de las células.

Martín Aguilar Sánchez le agradeció al doctor la donación: “Apuesto que su biblioteca ha de ser un mapa bibliográfico muy detallado de todas las realizaciones presentes y pasadas de la humanidad, aunque diga que es breve”.

En encuentro virtual con científicos de México, España y Colombia, prometió que la UV sabrá resguardar con celo, cuidado y aprecio el regalo, además de que propiciará el acercamiento, el uso y el disfrute de la biblioteca.