POR: JOSÉ MUÑOZ COTA
(In Memoriam)
En la medida en que el hombre no busca su contentamiento sino el aumento de poder; en la medida en que tiene poder y se solaza con el mando, cada vez más concentrado, en esta misma medida se aleja del pueblo.
El poder corrompe a los hombres y los aleja del pueblo. Así podría glosarse la frase inmortal de Emiliano Zapata cuando dijo: el lujo corrompe a los hombres.
No sólo el capitalismo tiende a su concentración, cada minuto en menos manos, sino también la embriaguez del mando; la autoridad, como las sirenas en el poema homérico, pierde a los varones que la escuchan.
El tú serás rey, de Macbeth, sigue siendo maldición y luto.