INVENTARIO

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA

(In Memoriam)

 

Recomienda el padre Jones, como acto de humildad, verificar, cuando menos una vez al año, un Inventario general de cada persona. Así de este modo, ponderar la noche y el día de cada existencia.

 

No es plausible la tarea. No se pueden inventariar las ruinas del pasado y menos aún asegurar los proyectos aprobados para el porvenir.

 

SALUD FISICA: Se está; se continúa; se respira, se mueve, se lee y se escribe usando la máquina, se escribe aunque sea con un dedo. El corazón un tanto en desuso, funciona como fábrica de pasiones. El cerebro sufre la ausencia de algunos focos fundidos; pero la imaginación continúa alerta y cumple a conciencia su quehacer de exigirle peras al olmo.

 

SALUD ESPIRITUAL: Se descubre cierto abandono para regar cotidianamente al árbol del bien y del mal.

 

Ahora se da uno cuenta de que no estudiamos el libro del maestro José Romano Muñoz y que permanecieron vírgenes demasiadas hojas de la ética de Kropotkin.

 

Habrá que releer el libro de los Proverbios del rey Salomón.

 

SALUD ESTETICA: Las editoriales cumplen sus contratos y pasan, dejando un fuerte olor a tinta de imprenta. Las bibliotecas se reproducen sin temor a la explosión demográfica y, a pesar del tiempo nublado, yo, tú, ellos, conspiramos contra el mundo elaborando, letra a letra, la bomba de neutrones de los libros nuevos.

 

Fiera venganza la del tiempo que le hace leer a uno tantas páginas homicidas.

 

Mire usted, compadre, si no es para suicidarse. Como en el tango.