POR: JOSÉ MUÑOZ COTA
(In Memoriam)
Los soldados se olvidaron
que salieron de la gleba.
El uniforme les viste
con los cuerpos la conciencia.
Pero en medio de la sombra,
cuando los maüssers señalan
interjecciones de fuego
me dan ganas de gritarles:
¿no fuisteis alguna vez
como un tornillo en la fábrica,
como un arado en el campo?
¡Camaradas! no tiréis
contra vuestra misma clase,
volved las armas al blanco
de aquellos que nos explotan.
Pero las balas anónimas
-que no estudiaron a Marx-
pasan como las garlopas,
arrastrando enrojecidas
las virutas de las vidas
para bien del capital.