La serpiente mordiéndose su cola

Una serpiente mordiéndose la cola es un símbolo esotérico de vigencia milenaria en la mitología egipcia o en la hindú, en Grecia se le conocía como Uróboros, simbolizando el eterno retorno, la continuidad de la vida; en Egipto era Ra uniéndose con Osiris para dar paso a una nueva entidad divina, la destrucción y la transformación. Tal es la imagen que produce a quien esto suscribe el intento presidencial de exhibir las supuestas mentiras difundidas por quienes no comulgan con sus expresiones y hechos, pese a padecer los síntomas que les atribuye. El miércoles, el presidente López Obrador conminó a sus opositores a “no ningunear al pueblo con datos falsos”, porque “la mentira es reaccionaria”, porque “se tiene que respetar al pueblo, no se puede engañar al pueblo… y (se debe) actuar siempre con rectitud…”. Esto lo señala pese a que un análisis de la consultora SPIN identifica 87 “afirmaciones no verdaderas del presidente” en cada conferencia. Para mala coincidencia, ese día la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) aclaró que el gobierno estadounidense no condiciona la entrada de viajeros a su territorio “al uso de tipos específicos de vacuna”. Aclaración pertinente, porque el mandatario señaló que Estados Unidos negaba el paso a quienes no estuvieran vacunados con dosis de Pfizer o de Johnson & Johnson. Previsora y oportuna aclaración de Relaciones Exteriores, antes de un posible mentís lanzado desde allende el Bravo.