POR: JOSÉ MUÑOZ COTA
(In Memoriam)
El cielo majestuoso de Chihuahua
es de familia rica
y luce, con decoro, collares de luceros.
Cuando Chihuahua era niña,
sentada en las piernas de la abuela montaña, a
prendió a compartir su soledad sonora,
con el simple evangelio de las manos abiertas;
por eso, en Chihuahua,
se abolieron las puertas.