ESA FINAL DE LIGA ESPAÑOLA 

*El futbol es arte, pasión y engaño, decía el Che Menotti. Camelot. 

 

ESA FINAL DE LIGA ESPAÑOLA

 

Sábado de mediodía. A las 11 de la mañana todos los equipos españoles buscan su gloria. Escribo estas líneas a esa misma hora. Solo hay dos equipos que pueden ser campeones. Atlético de Madrid y Real Madrid, los dos de la capital madrileña. Barcelona solo aspira ser tercer lugar y no perderlo y caer al cuarto sitio. Al terminar el juego, donde se coronó Atlético, dejando los pelos en la cerca y con gol de Luis Suárez, el goleador con 21 goles en ese equipo, llegó a la entrevista y lloró. Se acordó que, cuando el equipo Barcelona sufría por todo, pérdida de dinero, líos entre directivos, Messi amenazando con irse, cuando el nuevo entrenador llegó al primero que cortó fue a Luis Suarez, pero lo hizo con una rudeza innecesaria, ni siquiera se lo dijo personalmente, le llamó por teléfono y confirmó que no entraba en los planes. Messi, su mejor amigo, se enardeció y amenazó con irse. A poco tiempo, como en venta de garaje, Suarez pedía dos años, pero el Atlético de Madrid solo le dio uno, una ganga de 7 millones y un salario de 15 millones pagados a medias con el Barca. Llorando habló de cómo sufrió su familia, esposa y los hijos, cuando fue desechado, pero hoy se coronaba en la gloria y Barcelona seguro se da de topes porque, con esos 21 goles del uruguayo, y los 30 de Messi, ese equipo sería campeón. Tuiteo su éxito: “Messi debe estar feliz, me deseó suerte hace poco”. Y una foto abrazados a media cancha, cada quien con su uniforme, coronó esa frase.

 

EL CAMINAR POR CAMPOS ESPAÑOLES

 

Entonces me acordé de mí caminar por los campos españoles. He conocido el viejo y nuevo estadio del Atlético de Madrid, alguna vez, cuando lo dirigía el Vasco Aguirre, ahora entrenador del Monterrey. Y el nuevo estadio Wanda Metropolitano, que está a las afueras rumbo al aeropuerto y no hay Metro cómo llegar y te las arreglas como puedas, lidiando con los taxis, fui a ver al mexicano Héctor Herrera. El Santiago Bernabéu lo conozco de muchas veces, ahí vi el caminar a la gloria de Cristiano Ronaldo y vi también al otro Ronaldo, al gordis brasileño, cuando era el crack de ese equipo blanco. Cada que ando por España me meto a sus estadios, como lo he hecho en el Camp Nou de Barcelona, que alguna vez del año 2005, presente lo tengo yo, vi debutar a un pequeño llamado Leonel Messi, historia que he contado.

 

LAS NOVATADAS

 

Pagué mis novatadas, porque la primera vez que fui al Bernabéu unos jubilados me vendieron unas entradas, estaban sentados en unas sillitas en la madrileña calle de La Castellana, y uno, cuenqueño novato, se dejó llevar porque, decían, casi era primera fila y qué va, me tocó al palomar, por poco debía llevar unos catalejos para ver bien a los jugadores. Luego conocí a Pedro Martínez, el gran Concierge del hotel Liabeny y mi vida futbolística cambió, pues Pedro te consigue los mejores lugares del estadio, muchos de esos jubilados compran sus bonos y de eso viven, revendiéndolos en los hoteles a buenos precios, eso sí, al final hay que devolverles ese tiquet del club. Puedo presumir, aquí todo es presumir, que he visto unos dos clásicos Real Madrid-Barcelona, a precios que ni les platico, pero no me gustaban mucho porque por lo regular Barcelona siempre gana esos clásicos. Con mi nieto Chicharito, un día llegamos a Madrid y vimos el clásico donde Messi despedazó a Real Madrid, una semana después partimos a Barcelona, a visitar al amigo Cónsul, el ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, quien me dijo tenía boletos para un juego de la Champions del Barcelona, y para luego es tarde, allí caímos a ver a Messi de nuevo, un juego contra la Roma que creo le metió Barcelona 6 goles, todo porque con Fidel trabajaba un funcionario que había sido futbolista en La Masía, y tenía picaporte en ese club. Al medio tiempo entramos a la zona VIP, donde había champaña, chelas, y canapés como jamón jabugo pata negra, morcilla, chistorra, patata española y todas esas cosas ricas. Antes, en un teatro fuimos un ratito a ver cómo premiaban con el Premio Ondas al periodista Joaquín López Dóriga, donde también asistió la embajadora de México en España, creo que era Roberta Lajous. Conocí a ese Barcelona de Riquelme (argentino), de Ronaldinho (brasileño) y Messi (argentino), ya puedo presumir que puedo morir en paz. Y al Madrid de Ronaldo y Cristiano Ronaldo. Me faltó el gran Hugo Sánchez.

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