Maestros: combaten apatía y deserción; ve historias

Joel usa máscaras para impartir materias; Paola Pile dice que la pandemia ha significado un reto para los maestros; para Adriana, una sonrisa es lo mejor

Los buenos maestros inspiran y un ejemplo de esta sentencia es Joel Ignacio Sandoval Montes, un xalapeño que quería ser informático. El problema es que las matemáticas no eran su fuerte…

Por fortuna, en el CBTIS 165 del municipio de Coatepec tuvo tan buenos profesores que no solo le enseñaron, sino que también lo llevaron a querer ser como ellos. Hoy, Joel es docente en la sierra de Zongolica, en el estado de Veracruz, y sobresale por su creatividad y dinamismo.

En el escenario de la pandemia por Covid-19, el pedagogo de 30 años de edad visita a sus alumnos de telesecundaria una vez al mes, les envía mensajes y les comparte videos desde su canal de YouTube. La particularidad es que, con el permiso de luchadores profesionales, él se volvió el maestro enmascarado.

Foto: Cortesía Joel Ignacio Sandoval


Joel Montes les dio a cada materia y sección un personaje y música, para que tuvieran su propia personalidad y una forma distinta de ser. Español la da Máscara Año 2000; Matemáticas, El Vagabundo; Historia, El Faraón; Química, Ultraman; Formación Cívica y Ética, Cien Caras; Artes, Tiger-Mask, y, próximamente, Inglés la impartirá Universo 2000.

Cada lección cuenta con personajes extra, quienes tienen la misión de aclarar dudas, explicar fórmulas o aportar datos novedosos. También hay invitados especiales, como Francisco Beverido, quien colaboró para hablar de teatro. Otros convocados han sido el luchador Aníbal Jr., quien participó con una rutina de ejercicios para Educación Física, apenas unos meses antes de que falleciera por Covid-19, y, para ampliar el tema del dibujo, el encargado fue el novelista gráfico Pável Ortega. (https://www.youtube.com/watch?v=DtLmAUH6 AJs). “Para hacer los videos yo compré todo lo necesario y no, no quiero fama. No monetizo ni busco lucrar. No persigo nada más que acompañar a mis alumnos. Aunque nunca será lo mismo que estar en el aula, busco llevarles algo nuevo, ser su guía”, compartió en entrevista el profesional de la educación.

DESERCIÓN Y REZAGO

El entusiasmo y el esfuerzo del profesor para atraer la atención de sus alumnos no son suficientes ni para captar la atención de todos ni para evitar la deserción. Y es que se trata de adolescentes a quienes les ha tocado crecer en Tzacuala Primero, localidad nahuahablante de alta marginación perteneciente a Tehuipango, el último municipio de la zona serrana de Veracruz, en los límites con Puebla.

Allá, explicó, cae un aguacero y se va la luz por varias horas; la señal de Internet falla y resulta complejo utilizar las plataformas para transmisiones en vivo.

A estas fallas suma que los chicos no tienen un plan de vida, el estudio no es un hábito, hay una barrera de lenguaje porque el español es su segunda lengua y, en la gran mayoría, el tercer grado, que él da, es el último nivel educativo que tendrán. “Los mismos papás los incentivan, más que a seguir estudiando, a buscar trabajo, y es un lugar donde hay ‘enganchadores’, personas que se los llevan a las cosechas a otras entidades del país. Las chicas piensan en encontrar a alguien que las mantenga”.

ESCUELAS RURALES

Sobre cómo es trabajar en el medio rural, considera que el medio urbano da ventajas en infraestructura y en varios temas, pero no es mejor que el rural ni al revés porque el problema es la mentalidad de las nuevas generaciones.

Hay una tendencia a no querer esforzarse, a no querer leer, a no reflexionar ni ser crítico, por otra parte, hay un sí rotundo al consumismo, al conformismo, a no buscar qué más hay.

Lo manifestado lo sustenta en la experiencia acumulada con los adolescentes de telesecundaria, así como con jóvenes de bachillerato y universidad de la capital del estado.

Ante la falta de ganas y el desánimo, cree que los decentes son quienes deben hacer la diferencia: “Muchas veces el profesor se deja influenciar por el medio ambiente, cuando es el profesor quien debe influir en el medio ambiente. Es quien debe poner la actitud”, enfatiza.

Joel Ignacio Sandoval menciona que se vio obligado a hacer los videos en YouYube porque “Aprendo en casa” no es la mejor manera de acercarse a los chicos.

“No es crítica feroz al gobierno, pero los programas buscan estandarizar, no ir hacia ciertos extremos, entonces los contenidos, aunque tengan información clara y precisa, no son tan atractivos ni tan didácticos”, indica. Durante la crisis sanitaria, Joel Sandoval ha sabido de compañeros que se han sentido frustrados, les ha ganado el desánimo y la apatía de los muchachos ha hecho mella.

Él acepta tener momentos difíciles, pero su objetivo es que sus alumnos se sientan bien y vean en él la disposición.

“UNA SONRISA ES LO MEJOR”

Con 16 años en la docencia, Adriana Guadalupe Baizabal Galindo cree que lo mejor que le ha quedado de sus alumnos es su sonrisa y reconocimiento, pues aunque algunos mentores consideren que la remuneración económica es más importante, no lo es para ella.

Maestra de primer grado en la escuela primaria vespertina Adalberto Lara, considera que fue un reto dar clases virtuales, pues los niños no sabían usar los teléfonos celulares para conectarse a una clase virtual; otro de los retos fue que los alumnos acompañan a sus mamás a sus trabajos e incluso trabajan, por lo que a veces tenían que conectarse desde un mercado o donde su mamá estuviera trabajando. Uno más fue que algunos de los padres tampoco sabían cómo manejar los teléfonos, no tenían dinero para ponerles saldo y mucho menos una computadora.

Actualmente la matrícula de la escuela Adalberto Lara es de 61 alumnos cuando antes de la pandemia eran alrededor de 180, de manera que en primer grado sólo hay 3 niños que están entre el 80 y 85 por ciento de su preparación. “Por la pandemia sólo tres se inscribieron, porque el ciclo pasado había 18”.

Aclaró que esta escuela está considerada como de paso, lo que quiere decir que las madres que trabajan por la zona llevan ahí a sus niños, pero si cambian de empleo o lo pierden, se llevan a sus hijos a otra escuela.

Puntualizó que el tener pocos alumnos ha representado la facilidad de visitarlos y llevarles el material que necesitaran, apoyo que las mamás han recibido con gusto porque estaban preocupadas por el aprendizaje de sus hijos. La maestra no ha encontrado trabas en las madres, al contrario cuando visita a sus alumnos éstos la reciben con mucho gusto y tiene muy buena comunicación con ellos.

Adriana Guadalupe Baizabal. | Foto: Cortesía

Lo que más les ha costado como docentes es que los padres entiendan que quizá no pueden estar al cien por ciento con sus hijos, pero que hacen su trabajo para acercarse y con la nueva asignatura socioemocional tratan que alumnos y mamás no se estresen para que no haya conflictos en casa y todos puedan trabajar con alegría.

Hubo veces en que los papás no tenían dinero para el material que sus alumnos usarían en la semana, de manera que Adriana tuvo que ingeniárselas para llevárselo a sus casas o a los trabajos de sus mamás, como lo hicieron también otros de sus compañeros docentes. “Vale mucho tener un buen equipo de trabajo y una buena organización desde la dirección”, ya que el director no sólo les dio apertura sino que les transportó en un taxi de su propiedad a las casas de sus alumnos. La docente señaló que también puso la red de Internet de la escuela a su alcance, ya que todo el tiempo que estuvo cerrada los niños y mamás podían conectarse desde afuera para bajar sus tareas, tomar la clase e incluso tener una reunión virtual.

La docente aseguró que papás y mamás han hecho hasta lo imposible para que sus niños tomaran las clases, por lo que le pedían una guía de los temas cuando no tenían para el Internet, por lo que ella les apoyó con algunos videos y con materiales didácticos para que hicieran las tareas.

La maestra Adriana recordó que hace dos años tuvo una alumna, Fernanda, que era atendida por Usaer, quien le decía “maestra es que yo no puedo hacer las cosas”, pero poco a poco, con el apoyo de Usaer y la psicóloga Noelia fueron trabajando con ella. “Le apoyamos, le dimos seguridad y logramos que fuera autosuficiente, y antes de salir de la primaria; en ese tiempo yo daba sexto grado, me regaló una carta donde me agradecía lo enseñado”.

“A la fecha, aún me llama por teléfono y me dice: ya voy en tercero de secundaria y no se me olvida que es gracias a ti´. Yo creo que eso es una anécdota que se nos queda como docentes, aunque habrá personas que esperen una recompensa monetaria, yo no, yo creo que ver la sonrisa de un alumno y que te diga que gracias a ti logró leer y escribir es suficiente”, concluyó.

Con información de Celia Gayosso | Diario de Xalapa

“PANDEMIA TRAJO EL RETO DE SER MEJOR”

VERACRUZ, Ver.- A través de recorridos virtuales la maestra Paola Valentina Pile Mirón muestra a los alumnos las instalaciones de la escuela a la que desde hace un año dejaron de asistir por la pandemia del Covid-19.

Con el celular en mano se toma el tiempo de recorrer los salones de clases, el patio, la cafetería y cada rincón de la primaria donde los niños solían reunirse.

Este año de pandemia ha significado un reto para todos los maestros, alumnos y padres de familia, sin embargo, en su opinión justo en este momento es cuando debe sacar la verdadera vocación de servicio.

“Este año fue de cambios radicales, fue un trabajo diferente y se nos han ido presentado experiencias como todo ser humano con sus diferentes capacidades pues debemos saber enfrentar los retos, para mí este año ha sido de muchos retos, aprendizaje y sobre todo de autogestión, es decir de mucho compromiso conmigo misma, con mis alumnos, con los padres de familia y la escuela, en especial sacar la vocación, comprometerme conmigo misma a aprender para poder enseñar a mis alumnos y en su momento trabajar de diferentes maneras de acuerdo a los estilos de aprendizaje”, destacó. Comentó que los alumnos suelen expresar que extrañan mucho su escuela, su salón de clases, incluso los de primer grado ni siquiera conocen las instalaciones pues ingresaron en medio de la pandemia por lo que ha realizado algunas actividades desde la escuela.

“Me he dado a la tarea de ir a la escuela y transmitir desde allá, a veces les hago recorridos virtuales porque algunos extrañan jugar en las canchas, los pasillos, el desayuno, la convivencia con sus compañeros y algunos otros no conocen la escuela ni a sus maestras, solo la ven por línea, hace unos días por el día del niño realizamos una caravana, invitamos a los papás para que los llevaran con todos los protocolos de sanidad y en verdad fue muy emotivo ver sus caras, muchos sorprendidos, es sorprendente ver cómo hemos aprendido aún en la distancia y transmitir con los ojos, la emoción de sale por los ojos, la sonrisa, las ganas de abrazar incluso llorar de felicidad”, dijo.

Con información de Ingrid Ruiz | Diario de Xalapa