Nubarrones electorales

La polarización política inducida en el escenario del actual proceso electoral mexicano se ha agudizado a niveles preocupantes, y los signos en el horizonte no presagian mejoras, sino todo lo contrario. La inusitada intromisión del presidente en el proceso electivo de Nuevo León ha dejado en evidencia y muy mal parada a la Fiscalía General, pues lesiona el meollo de su cacareada autonomía y deja el pesado tufo de su parcialización contra los adversarios del ya muy dudoso cambio. El candidato de la coalición Va Fuerte por Nuevo León, Adrián de la Garza, interpuso queja ante la OEA porque según su opinión se está lesionando su participación en el proceso; renuncia Víctor Fuentes a su candidatura por Morena a la alcaldía de Monterrey non sin recordar que la había buscado por el PAN, e irrumpe en otro escenario Diego Fernández de Cevallos, que muy a su bronco estilo expresa fuertes alusiones a la figura presidencial. Al escalar el tono de la confrontación se estropea al deseable equilibrio entre poderes, instituciones y ciudadanía y entorpece el desarrollo de la más grande elección de todos los tiempos.