Muñoz Ledo ¿se va, o se queda?

Morena y sus operadores, los títeres y el titiritero al que Muñoz Ledo ha hecho alusión en sus cada vez más radicales diferendos, deben estar evaluando la decisión de haberle negado al cofundador de Morena la oportunidad de reelegirse diputado federal. Con la candidatura don Porfirio hubiera moderado sus intervenciones, sin ella está dolido y libre para formular los criterios que devuelvan golpe por golpe. No es Muñoz Ledo una perita en dulce, pero guarda una experiencia política y trayectoria inigualables por cualquiera de quienes lo orillaron a su actual circunstancia; por eso arremete, sabe cómo hacerlo desde la tribuna cameral. Dirige certeros dardos y aceradas flechas: “Te pregunto Nacho (Ignacio Mier, “Pastor” de morenistas en la Cámara) porque me tienen en el borde de la renuncia del partido”, y con aguda elocuencia remata: “Decía un mandatario del antiguo régimen: ´somos el país en que todo sale de Palacio o todo regresa a Palacio”.  “Me opongo con toda la fuerza y convicción de mi ser, con todo el esfuerzo memorioso que hemos hecho desde 1988 para instaurar en el país un orden democrático y no una república autoritaria, a este insensato proyecto de violar la Constitución Política del país…”. “Era mejor cuando estaba dentro”, debe ser la reflexión, acaso ya tardía.