Lamentable, pero el temor podría convertirse en realidad

Ni las advertencias lanzadas desde el gobierno, ni las alertas en diferentes medios de comunicación sirvieron para que magnificáramos los cuidados durante el feriado de Semana Santa; no guardamos la sana distancia pese a que a lo lejos presenciábamos la tremenda mortalidad en Brasil, y aún en Chile pese a los avances en su campaña de vacunación. El grueso de la población mexicana hizo caso omiso y se lanzó a los diferentes sitios de diversión y saturó centros comerciales “toreando” al mortal enemigo siempre presente en las grandes concentraciones humanas. Ahora, después del inconsecuente: “lo bailado nadie no los quita”, el sentimiento de culpa colectivo aflora con el creciente temor de una nueva embestida de Covid-19 que esperemos no sea tan virulenta como la de enero pasado. Como dice el creyente: “Dios nos agarre confesados”.