INICIA SEMANA SANTA 

*De Gustavo Adolfo Bécquer: ¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos! Camelot. 

 

INICIA SEMANA SANTA

 

La ola de calor invade Veracruz. Las playas comienzan a llenarse. Los aeropuertos y las terminales de autobuses, a reventar, el fin de semana pasado el aeropuerto de CDMX con una efervescencia propia de las libertades que generó este encierro brutal. Muchas familias van a ver a los suyos, temen que con ello venga la tercera ola de contagios y en 15 días los hospitales comiencen a saturarse, ojalá y no y guarden los protocolos sanitarios. Sigo en el encierro por el canijo Vértigo postural, así le llaman porque cuando uno cambia de posición sientes como gira la cabeza como la Linda Blair del Exorcista, aun no me deja salir y a duras penas tecleo estas letras para los lectores. Hace unos días un amigo me habló y me recomendó el libro sobre Colosio, del afamado periodista Raymundo Riva Palacio, a  27 años de aquel crimen uno pensaría que hay poco qué escribir sobre ese tema, sobre los varios Marios Aburto y la teoría de los complots y las intrigas palaciegas y los fiscales, que desfilaban uno a uno dejando la vergüenza en el camino, y las teorías de la conspiración, que hubo tantas como en la muerte de Kennedy. Leí tantos libros de Colosio en aquellos años, que casi me sé de memoria esa historia terrible de los complots y la de las maquinaciones sobre el poder, la de cuando Diana Laura Colosio le dijo al presidente Salinas, al bajar del avión con el cadáver de Colosio, a manera de reclamo: “Así no era”.

 

EL COLOSIO DE RIVA PALACIO

 

Estuve también inmerso en ese crimen de nuestro Kennedy, en Lomas Taurinas, en aquel tiempo cuando en el sitio donde  lo mataron le hicieron una estatua de cuerpo completo, sitio que aún sobrevive y que apenas, muchísimos años después, hace poco el hijo la visitó y desde ahí envió un mensaje sobre ese crimen a su padre. La única vez que sitió Lomas Taurinas, de desagradables recuerdos.  Escribe el periodista Pablo Hiriart, que el libro es bueno y detallado, aplicado como buen periodista que es Riva Palacio. “Con este libro, los Arreola y los Durazos tendrán materia para cebarse contra el autor (recuérdese que el hoy morenista, Arturo Durazo, era una de las llamadas viudas de Colosio), porque desmonta mitos, aunque no vaya a tener éxito en el imaginario colectivo”. “Cuenta Otto Granados a Riva Palacio que Manuel Camacho tenía el estilo tan desagradable de los que al terminar alguna reunión entre varios, le pedía al presidente Salinas hablar unos minutos a solas y me imagino que allí intrigaba en lo privado lo que no se atrevía a decir en público. Y que Salinas le confió, cuando se quejó de que Camacho abrigaba a los periodistas contrarios al régimen. Salinas le dijo: “Nunca ha sido candidato quien se alía con los adversarios del presidente”. Y no lo fue. Muchos actores ya están muertos y no podrán hablar. Porque los muertos viven su mejor silencio en sus tumbas. Octavio Paz: “Nuestro culto a la muerte es culto a la vida, del mismo modo que el amor que es hambre de vida es anhelo de muerte”. Lo buscaré y luego les cuento que tal ese libro.

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