Hit de Ramos en el puerto / ÓSCAR PEDRO REYES CASTELÁN

Como pocas veces, ayer los ciudadanos ovacionaron y aplaudieron a Roberto Ramos Alor en el puerto de Veracruz.

No lo hicieron por guapo, sino por sus palabras dirigidas a quienes esperaban sentados bajo una carpa y, después, a los que hacían fila en espera de ser vacunados contra el Covid-19. Infinidad de personas se habían apostado desde la madrugada y en medio de una pertinaz lluvia en ese Centro de Salud localizado en la Reserva Tarimoya, para ser los primeros en pasar o, también, por temor a no alcanzar una dosis. “Hay suficientes vacunas para todos”, les dijo el Secretario. “No tengan ninguna duda, nadie se quedará sin recibirla”. Ofreció apresurar la atención para evitar demoras innecesarias, y luego se metió entre la gente para saludar, despejar las dudas que planteaban, atender con cortesía algún reclamo, dedicar tiempo a una mujer que denunció a una persona que metía gente a la fila a cambio de dinero, cosa que instruyó investigar, gestos que fueron correspondidos con aplausos, personándose, inclusive, que al principio se haya quitado el cubre-boca al dirigirse al público, cuando a todos se les exigía usarlo para tener acceso a ese Centro de Salud, aunque minutos después se lo colocó. Ramos obtuvo esa inusual corriente de simpatía en territorio panista, algo difícil de lograr con los porteños, y al final repartió agua embotellada y pan de dulce que llevó en cajas de huevo para darlo a los adultos mayores de 60 años que esperaban para recibir su vacuna, a una hora en que ya urgía el alimento, entre 14:00 a 14:30 de la tarde, cuando realizó esa imprevista visita con todo su staff de la Secretaría de Salud para supervisar el operativo de vacunación. “Van a pasar más rápido, se los garantizo; no se inquieten. Es la instrucción que acabo de dar, atenderlos bien, con excelencia, y cumplir con la instrucción del Gobernador, de que nadie se quede sin su vacuna”, señaló el titular de Salud en la entidad. Este hecho es precisamente lo que muchos ya habían observado, las dosis anti-Covid-19 también servirán para ganar simpatías, y no es casual que sea el propio secretario Alor quien esté al frente de estos operativos de vacunación en ciudades donde predominan corrientes políticas contrarias a la 4T. Desde luego, lo que ganen o pierdan en mucho va a depender de que las cosas marchen correctamente, corrigiendo fallas que se presentaron durante el primer día de trabajo. No es lo mismo estar en comunidades rurales, donde no existe ninguna presión de los ciudadanos, que en las ciudades grandes donde todo se critica, hasta en los mínimos detalles. Es una primera prueba, la segunda es Xalapa y otros municipios importantes del estado próximos a recibir y aplicar las vacunas a las personas más vulnerables. Habrá que estar muy atentos de cómo resultan las cosas en esos lugares.

Por cierto, ayer esa actividad de vacunación se extendió en forma simultánea a 17 municipios del estado, aunque faltaron Yanga, Tancoco, Naranjal y Cuitláhuac, donde los gobiernos locales determinaron que será a partir de hoy. En Veracruz y las grandes ciudades de la entidad, las dosis aplicadas serán de Pfizer, debido a que el biológico requiere de ultracongelación y mayores cuidados en su manejo, y en los demás municipios se aplicará la Sinovac.

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