La ASF: mancha inoportuna / ÓSCAR PEDRO REYES CASTELÁN

El gobierno de Cuitláhuac García Jiménez se encuentra en aprietos. No solamente se trata de observaciones por presumibles irregularidades en la aplicación de recursos públicos federales…

Las cuales fueron detectadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), consignados en el Informe de Resultados de la Cuenta Pública 2019, cuyo monto asciende a dos mil 413 milones de pesos; sobre todo, por colocarse en el mismo carril que tiró a los gobiernos del PRI y del PAN en el estado y el país, por actos de corrupción. Aún no está determinado si existe daño patrimonial, podría tratarse sólo de infinitas ineficiencias administrativas que no habrían detectado sus órganos de control interno, pero los indicios apuntan hacia el peor escenario. Viene la etapa de aclaraciones y solventaciones, y si al agotarse el plazo no se comprueba que hubo buen manejo y honestidad en el uso de ese dinero, tendría que reintegrarse a la Tesorería de la Federación los montos sin acreditar documentalmente o, en caso de que el gobierno del estado no lo hiciera, la ASF interprondría denuncias penales contra quienes resulten responsables por un desfalco indeterminado. ¿Dónde están las irregularidades encontradas? La mayor parte en la Secretaría de Salud, en la partida presupuestal correspondiente al desaparecido Seguro Popular, donde hubo incumplimiento en la normativa para la transferencias de recursos, registro e información financiera de operaciones, destino del dinero, ‘aviadores’ incrustados en la nómima e inconsistencias en la adquisición de medicamentos y pagos a terceros por servicios de salud. También están señaladas en este asunto la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), por el pago a personal que no acude a trabajar, dado de baja o que ya había fallecido; y la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) deberá aclarar el destino de participaciones federales. Tendrán que aclarar esas irregularidades. Por lo pronto, queda la mancha inoportuna, la impresión de que existe algo podrido, aunque el mandatario estatal, Cuitláhuac García, señale que van a solventar esas observaciones, algo que también repitieron con insistencia los dos últimos de sus antecesores en el cargo, y ya se sabe lo que pasó con Javier Duarte y funcionarios del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, quienes aún enfrentan procesos penales.

Es magnífica esa obra de rehabilitación del parque de beisbol “Beto Ávila” en el fraccionamiento Virginia del municipio de Boca del Río; se ha extendido por varias semanas e incluye hasta la sustitución del techado, pasto, zona del diamante, área de vestidores, butacas nuevas, barda perimetral exterior, pasamanos y otros trabajos. La inversión se desconoce ni la empresa a la que se adjudicó ese contrato, lo que da lugar a la sospecha. Se hace por el regreso en esta temporada del equipo profesional “Águila de Veracruz” de la Liga Mexicana de Beisbol, el deporte favorito del presidente de la República. No hubo necesidad de reclamar esa obra, todo sea por agradar al jefe del Ejecutivo federal. A un costado de este recinto se encuentran los edificios del Instituto Veracruzano del Deporte (IVD) y la llamada Arena Veracruz que también son patrimonio de los veracruzanos, con estructuras metálicas que se caen a pedazos, carcomidas por el salitre. Esos deterioros no existen para la Secretaría de Infarestructura y Obras Públicas (SIOP), el IVD, y para el gobernante veracruzano. En la zona adyacente, paradójicamente se localizan los campos de futbol de la Liga Municipal “Valentín Gómez Farías”, cerrados desde hace más de un año, despojando de esas canchas a cientos de niños y jóvenes.

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opedro2006@gmail.com

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