POR: JOSÉ MUÑOZ COTA
(In Memoriam)
El color de la piel lo traemos prestado.
No prueba el parentesco
con el sol o la luna.
Nada prueba nada. Estamos. Eso es todo.
Nada es mío. Ni el cielo ni la tierra.
Nada es nuestro. Ni siquiera la libertad.
Sólo son nuestros el dolor y las lágrimas
y no tienen color.
Yo no hubiera querido
ser blanco o ser moreno.
Hubiera preferido ser árbol,
o poste, o rascacielos
para alcanzar con mis manos las estrellas