Apuestas en el PAN / ÓSCAR PEDRO REYES CASTELÁN

En Veracruz se cruzan apuestas de lo que podría pasar al interior del PAN con los grupos políticos que se disputan las candidaturas por alcaldías y diputaciones federales y locales para el 2021, especialmente las que involucran a Veracruz y Boca del Río.

Hay quienes afirman que el poder de los Yunes es tan grande, que la principal conurbación del estado, importante en lo económico por su actividad portuaria, industrial y comercial, y en lo político al ser la franja que concentra el mayor número de votantes en la entidad, se la quedará este clan panista que desde hace años la convirtió en su feudo, y nadie, ni siquiera el dirigente nacional Marko Cortés Cortés Mendoza, y menos el líder estatal, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, o el senador Julen Rementería del Puerto, van a arrebatarle. Esas posiciones prácticamente las tienen escrituradas por el control que ejercen sobre ellas, en los votantes, a quienes los tiene asegurados con apoyos sociales que brindan las autoridades locales, su aliado edil HumbertoAlonso Morelli, en Boca, y su hijo Fernando Yunes Márquez, en el puerto. En lograrlo, el clan se juega el futuro inmediato, sus posibilidades en la sucesión de 2024 para el estado, que seguramente también reclamarían bajo el argumento de que el primogénito, Miguel Ángel Yunes Márquez, bajo otras condiciones cuando fueron gobierno, un millón 400 mil votos como candidato del PAN a la gubernatura en la anterior elección, aunque no le alcanzó para estar arriba de la ola lopezaobradorista que llevó a Morena y a Cuitláhuac García Jimenez a ganar el gobierno de Veracruz. Hay suficientes razones para pensar que, esta vez, el PAN podría revalidar el triunfo que obtuvo el patriarca Miguel Ángel Yunes Linares en 2016, ante un gobierno desacreditado por la intolerable corrupción, violencia y criminalidad con Javier Duarte, y fue favorecido con el voto de castigo contra el PRI; con el actual gobernador, en un tercio de su gobierno, no tiene las mejores cartas para convencer al electorado, y eso se reflejará en los resultados de los comicios de este año, debido al incumplimiento de resolver o disminuir el problema de inseguridad y la inoperancia de su administración en todos los demás aspectos. El asunto es en qué va a terminar esa disputa en el PAN. Si Yunes no logra la postulación de su hijo Miguel Ángel a la alcaldía, y resulta abanderado el diputado local Bingen Remetería del Puerto, hijo del senador Julen, seguramente le jugará la contra, ya sea a otro candidato candidato o candidata, como se ha especulado últimamente. Eso también echaría por tierra los planes del ex alcalde Remetería del Puerto, que también aspira a ser candidato blanquiazul al gobierno veracruzano. En Boca del Río la cosa está más tranquila, aunque siguen los jaloneos en los grupos locales para que, en vez del diputado Juan Manuel de Unanue Abascal, sea Jaime Enrique de la Garza Martínez, director de Desarrollo Económico del Ayuntamiento, incondicional del munícipe boqueño. Unanue, incluso, podría ser abanderado por algún otro partido en caso de ser desechado para esa probable candidatura panista. Lo peor que le puede pasar a los azules es llegar divididos a la próxima elección, que les costaría muy caro en términos de votación y margen de maniobra política para lo que sigue.

Habrá que ver lo que resulte de esa apuesta. Por ahora, no hay nada para nadie y las fichas siguen moviéndose.

+++Este año pinta tan complicado como el anterior. En salud seguramente empeorará en los primeros meses del año, aunque debe esperarse un respiro con la llegada de las vacunas que comenzarán a aplicar en los próximos meses, y eso irá quitando presión social. Sin embargo, el mayor problema puede presentarse en la crisis económica, que muy probablemente empeore por la continuación del confinamiento, al menos medio año más, y la falta de empleo, lo que podría derivar en un aumento en el índice delictivo, sobre todo de robos y asaltos. Los programas sociales ayudan, pero no van a resolver el problema. Escriba a:

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