¡QUÉ BELLA ES LA UTOPÍA!

POR: JOSÉ MUÑOZ COTA

(In Memoriam)

 

Habrá quien, escuchando mi monólogo, me calificará de utópico. Utópico es una de esas palabras cuyo significado depende de la calidad de quien las usa. Hay millares y millares de voces en los diccionarios y sólo los poetas son capaces de hacer con las voces comunes, expresiones de inefable belleza; para los otros, engolosinados con sus pragmatismos infecundos, las mismas palabras vegetan en el territorio de la oferta y la demanda.

La utopía no es lo imposible; apenas es el adelanto de lo posible; después de todo no vivimos en el pasado, porque ya todo el pasado está en el presente, pero todo el presente está -por causa del devenir constante- en el futuro y la utopía es la proyección del tiempo en el porvenir, en lo mejor, de él, es una anticipación de la esencia del tiempo.

¡Qué pequeña seria la existencia -que cerca de la animalidad, si no estuviéramos en aptitud de salvarnos de la angustia del hoy-del miedo a la autoridad que nos rebaja en todo-, mediante la utopía!

Por lo demás, señores pragmáticos, señores realistas acaso ¿no es la utopía el paso anterior obligado de la ciencia por más que entonces la llamemos hipótesis?