Coatzacoalcos incendiado / ÓSCAR PEDRO REYES CASTELÁN

El diputado Gonzalo Guízar Valladares demandó ayer la intervención federal en Coatzacoalcos para frenar la ola de violencia que mantiene secuestrado a ese municipio desde hace muchos años.

Especialmente en los últimos dos, donde no hay otro gobierno que el de las armas y asesinatos que ha impuesto como ley el crimen organizado, igual que sucede en Tampico, Matamoros y otras partes del norte de la República, fenómeno que ya se presenta en el estado de Veracruz cada vez con mayor frecuencia; la quema de vehículos y bloqueos es observada como una estrategia de intimidación de las bandas delictivas para hacer sentir su poder ante las fuerzas del orden. Si en todos estos años, incluyendo los 14 años de los últimos tres gobiernos, no ha podido disminuir los delitos de secuestro, robo, asaltos, cobro de piso, asesinatos y masacres, imposible esperar un milagro para desaparecer todos esos males que ha puesto de rodillas a los habitantes de esa demarcación, el cierre de cientos de negocios y el éxodo de muchísimas familias que prefieren huir a morir en ese infierno. ¿Van a cambiar las cosas con redoblar la vigilancia, como pide el legislador a la Secretaría de Seguridad Pública, o que la Fiscalía General del Estado actúe con prontitud para esclarecer el incendio de un autobús del servicio urbano de transporte la tarde del miércoles en ese lugar y castigar a los responsables?. Si se presta atención a la petición del diputado Guízar, podría ser un alivio para la sociedad, pero no la solución del problema tiene raíces muy profundas que siguen ahí siguen y no han podido extraerse ni ha servido la creación del Cuartel de la Guardia Nacional en esa zona, mientras no se extirpe la red de complicidades que protege este tipo de actos de impunidad. El crimen ha logrado apoderarse de las calles y es dueño de bienes y vidas en Coatzacoalcos, y lo será mientras no exista el compromiso real de poner en marcha una estrategia distinta a la actual que incluya una limpia total de las corporaciones de seguridad, el uso de tecnologías para mantener una eficaz y permanente vigilancia en todos los sectores de la zona sur y el uso de técnicas de inteligencia para detectar amenazas e identificar las cabezas de esos grupos delincuenciales, para combatirlos. De que el estado mexicano tiene la capacidad para hacerlo, es innegable; ha faltado capacidad y conocimiento de quien opere ese trabajo para evitar que se desborden los delitos y la violencia, como ahora es el caso de Coatzacoalcos, que no tarda en extenderse a las demás ciudades de la entidad. La vigilancia sirve, pero no es solución, y aunque tenga toda la razón el diputado Gonzalo Guízar para alertar que esos “actos de barbarie” afectan la vida de los ciudadanos, se queda corto en su exigencia intervención del gobierno federal para “serenar” Coatzacoalcos. Más que ‘mejoralitos’, lo que se requiere es una cirugía mayor para salvar a la zona sur y a todo Veracruz. De ese tamaño es la necesidad.

A los usuarios del servicio de energía eléctrica les queda la impresión de que en esta época la CFE aumenta arbitrariamente los consumos de waths/hora, que se reflejan en el monto de los recibos y de esta manera obtener suficientes recursos para los aguinaldos de su abultada nómina.

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