Narrativa de un triste episodio nacional

Cualquier narrativa sobre la incruenta incursión del covid-19, convertido en un auténtico jinete del apocalipsis en nuestros tiempos, tiene el carácter de patética: en lontananza recordamos cuando azorados conocíamos los estragos causados por ese virus en Europa, de cuando el 27 de febrero se dio la noticia de un primer contagio en nuestro país, del 18 de marzo cuando se supo de un deceso por esa causa, todavía eran tiempos de “besos y abrazos”, según el discurso presidencial. El 23 de marzo se decretó la Jornada Nacional de Sana Distancia, cuya duración sería de 69 días con cierre de centros de trabajo, de escuelas, de actividades no esenciales, excepto hospitales, farmacias, laboratorios, hoteles, bancos, gasolineras, supermercados y transporte público. Las clases a distancia iniciaron el 17 de abril y el 30 de mayo concluyó el confinamiento. El semáforo epidemiológico data del 31 de mayo, el 28 de agosto inició el ciclo escolar 2020-2021. Se anunció que los trabajadores del gobierno regresarán hasta el 4 de enero de 2021, según acuerdo del 30 de septiembre. Hasta ayer, ya eran 100 mil 104 defunciones por Covid-10, 1 millón 19 mil 543 casos de contagios, un escenario genuinamente catastrófico, así calificado por López Gatell cuando veía lejanas y acaso improbables las 60 mil defunciones. Sin embargo, para este surrealista funcionario el millón de contagiados en nuestro país “es inusual” y la estrategia contra la pandemia es la adecuada. Así ¿ o más patético?