El infierno de Veracruz / ÓSCAR PEDRO REYES CASTELÁN

Sobreinquieta lo que pasa en el sur de Veracruz; no propiamente por esos choques violentos entre las fuerzas de seguridad pública del estado y maleantes que días antes tendieron una emboscada a policías en Isla y dejó como saldo la muerte de un elemento de la Fuerza Civil…

Sino por el alarde de poder que muestran esos grupos delictivos que ejercen control en la zona de Acayucan, Soconusco, Oluta, Sayula, Texistepec, Jáltipan, Cosoleacaque, Minatitlán y Coatzacoalcos. Nadie habría imaginado ese nivel de empoderamiento de esas células del crimen organizado dedicadas al robo de combustibles, distribución de drogas y delitos de secuestro, cobro de piso y extorsión, con esa capacidad de armamento y sicarios para enfrentar a los cuerpos policiacos del estado; ese crecimiento no podría explicarse sin la complicidad de mandos, de antes y ahora, que frecuentemente han sido señalados por los propios delincuentes de actuar fuera de la ley. Han sido días de terror en esa zona, con intercambio de balazos, bloqueos y quema de autos en esas demarcaciones, sitios donde diariamente aparecen personas ejecutadas o se cometen actos de masacre como los sucedidas en el bar Caballo Blanco de Coatzacoalcos y una palapa en Minatitlán. Es una buena señal que el propio secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, haya encabezado los operativos para enfrentar a esos grupos armados, es congruente con lo que dice de que no hay pactos con la delincuencia organizada, aunque pareciera una acometida sin adecuada estrategia para lograr la captura de las cabezas de esos grupos, por lo cual solamente se logró la detención de algunos delincuentes presumiblemente responsables del incendio de autos, bloqueos y ultraje a la autoridad. ¿Qué debe esperarse? Que haya una certera labor de inteligencia y coordinación entre las fuerzas militares, navales, federales, estatales y municipales, para identificar a los jefes de esas bandas, detenerlos y desarticularlas, que lleven a cumplir el compromiso de otorgar paz y tranquilidad a los ciudadanos, un reclamo que cada día crece y amenaza con retirar la confianza a quienes ahora son responsables de garantizar la seguridad pública. Además, deberán depurarse todos los cuerpos policiacos, pues es ahí donde se encuentra el germen de ese crecimiento de los grupos delictivos. Esa tarea es grande y complicada, y si en verdad quiere dar resultados el titular de la SSP, deberá aplicarse a fondo para hacerlo, lo que constituye la prueba más difícil de su carrera. Por lo pronto, Veracruz es noticia nacional por esos enfrentamientos en el sur de la entidad y que evidencia el grado de peligrosidad del estado de Veracruz. Habrá que esperar si continúa esta lucha que ha mantenido por momentos la autoridad estatal o, por el contrario, se emite una orden desde los altos mandos del gobierno federal para evitar esos enfrentamientos, acorde a las nuevas formas para acabar con la violencia, dejar que los delincuentes recapaciten y hagan conciencia de no seguir actuando al margen de la ley.

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