En esta revista siempre hemos expresado, mediante esta columna, que Morena, el partido es el López Obrador no hay más, este fracaso desastroso que están viviendo los morenistas en las elecciones de Coahuila e Hidalgo no es más que el principio de su caída en las elecciones de 2021 y por eso deben ponerse las pilas todos, incluidos los funcionarios federales y estatales, y lógico los gobernadores.
Todos ellos deben de cambiar su actitud de prepotencia pues casi todos los gobernadores, senadores y diputados de Morena creían hasta este fin de semana que ellos triunfaron por su simpatía y carisma propio pero la verdad es que todo se lo deben al efecto Peje de 2018 como ya se ha dicho en muchas ocasiones pero que ellos no quieren oír. Cuidado, cuidado.
Nosotros modestamente consideramos que el señor Presidente don Manuel López Obrador ya debe dar el manotazo para cambiar algunos gobernadores de ese dizque partido y que andan muy mal, es el caso Puebla.
Por ahora, tras las primeras elecciones en que participa Morena sin AMLO en la boleta les fue mal, para muchos de ellos “Todo se derrumbó” como dice la canción de Emmanuel.
Y es que todo se les derrumbó a los morenistas a pesar de los chingaos robos, corrupción y malos gobiernos pasados que ha hecho el PRI, y a pesar de eso el PRI triunfó, esto se debe a cómo dice el dicho popular: “más vale diablo conocido que diablo por conocer”.
Que bueno que les dieron este porrazo a los morenistas en vísperas de las elecciones del próximo año, que esto les sirva de ejemplo porque están muy subidos, muy alzados y creídos, creían que van a estar todo el tiempo en el poder. Abusados.
