LA BAILARINA IVANA BUENO 

*Se llama calma, y me costó varias tormentas conseguirla. Camelot. 

 

LA BAILARINA IVANA BUENO

 

Una cordobesa triunfadora, apareció anoche en una nota del canal de las estrellas del noticiero nocturno, Ivana Bueno, bailarina, que fue aceptada en el English National Ballet y es otro orgullo que, aunque nació en Mc Allen Texas, por asuntos familiares, han sido criadas, ella y una hermana, Anaís, en Córdoba, orgullos veracruzanos. Voy al Google: “Ivana empezó a bailar por hobby pero no le gustaba estar en el salón. Se salió del ballet y empezó a jugar tenis pero a los ocho años volvió, como lo cuenta la bailarina a Ana Paula Tovar en una llamada desde Londres, donde forma parte del English National Ballet.  Su tía Martha Sahagún trajo a México la semifinal del Youth American Grand Prix, competencia que había ganado Ivana en el 2011. Ana Paula Tovar apunta que ‘Tres años despue?s, ganar el Concurso International Divisio?n Junior en La Habana, Cuba, le dio el u?ltimo empujo?n para creer ma?s en ella y en la posibilidad de tener un futuro exitoso sobre las tablas. Sin embargo, para Ivana, el Festival de Danza de Co?rdoba (FID) fue el escaparate ideal para mostrar lo aprendido. Ahi? la vio Luca Masala, director de la Acade?mie Princesse Grace, y la recluto? para irse a Mónaco en el 2014”. Ahora está en el English National. Para mucho orgullo.

 

MEXICANA EN ROLAND GARROS

 

Una mexicana triunfa en Roland Garros. Ese estadio parisino que alguna vez, yo mero estando en París, en el lobby del hotel de la calle Haussmann, un francés con buen español, al oírnos hablar con mi hermano, Enrique, pensó que éramos gachupas y nos preguntó si iríamos a ver la final del gran Rafael Nadal. Los precios de esa final en el mercado de reventa andaban en los 700 euros, que con eso como un mes, diría un cuenqueño, o más meses, casi un año. Tomando un café en un brasserie frente al estadio legendario, con piso de tierra oíamos los gritos de la gente, cuando se ganaba un punto, lo veíamos en la tele un rato, porque Paris bien vale una misa y no hay que desaprovechar para ir a Trocadero, donde Hitler y sus huestes, se incluye al gran arquitecto Albert Speer, vio la majestuosidad de la Torre Eiffel, y en su grandeza quería hacer la gran Berliner, que opacara a París, pero París siempre es una fiesta, diría Hemingway. Rememoro mi andar por allí porque una mexicana ha brincado las calificaciones y está ganado juegos. No sabemos hasta dónde llegará porque ya le toca jugar con las ranqueadas en primeros lugares mundiales, pero llegar allí es una hazaña, que hace 20 años ninguna mexicana lo hacía. Una vez, estando en el estadio inglés de Wimbledon, cuando el guía nos llevó a una tour, vi el ranking de los años que han pasado por allí las grandes leyendas, y a ese guía le presumí cuando en el año 1960, el mexicano Rafael ‘Pelón’ Osuna y Denis Ralston ganaron el dobles en ese mítico estadio. En 1963 lo repitió con Antonio Palafox, para hacerse de la corona de nuevo. Una verdadera hazaña. Raúl Ramírez con Brian Godfriet lo hizo en 1976 en cinco mortales sets. Y me acordé también de un tiempo de mi niñez y juventud, cuando a la casa del doctor Alfonso Arcos, en Tierra Blanca, una casona atrás de las vías del ferrocarril, que fue construida por los ingleses cuando esos ferrocarriles no eran nacionales de México, que tenía unas dos o tres canchas de tenis y para inaugurarlas alguna vez llegaron allí de fin de semana, Pelón Osuna y los Zarazúa y los Loyo Mayo y Palafox, a deleitarnos de su tenis grandioso, cuando todos eran Copa Davis, pero esa es otra historia. La mexicana se llama Renata Zarazúa, pertenece a la familia de tenistas de Vicente Zarazúa, tiene 23 años y ha emprendido el camino difícil de Roland Garros. Para mala suerte, fue eliminada por la tercera sembrada del torneo, pero triunfó al solo estar allí. Otro mexicano, el cordobés Santiago González, fue eliminado de dobles en Roland Garros. Otro paisano que le pega a los grandes Slam.

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