*El cardenal Richelieu, creador de libelos, solía decir: “Dadme dos líneas escritas de su puño y letra por el hombre más honrado y yo encontraré en ellas motivo suficiente para hacerlo encarcelar”. Camelot.
¿A QUÉ VIENE EL PRESIDENTE?
Llega por quién sabe cuántas veces a Veracruz el presidente AMLO. Hoy no hay actos multitudinarios por la maldita pandemia. Viene a vigilar los programas sociales, como el de Bienestar y echar una ojeada al conflicto de tierras de Coatepec. Llega en momentos que tiene abiertos varios frentes en el país, contra los intelectuales, contra el gobernador Corral, contra la gente del agua en Ay Chihuahua, contra el presidente de Coparmex, contra la SCJN, que le ha dictaminado, de entrada, que raya en lo inconstitucional el juicio a los expresidentes, llega con la despiadada campaña en su contra de los diarios internacionales de prestigio y de los grandes columnistas, que lo hacen polvo todas las mañanas, si no es por lo de Benito Mussolini es por el dichoso avión que se rifó pero que no se vendió. Con la renuncia de su amigo, Jaime Cárdenas, para evitar quitar al pueblo lo robado. Llega como el presidente, él mismo lo dice, mas atacado desde la época de Francisco I. Madero, y, como en los tiempos de la patria, cuando los presidentes sentían el asedio político, se incluye al gran Benito Juárez, se refugiaban en Veracruz, que iba de heroica en heroica, y aquí aprovechó Juárez, que no tiene nada que ver este Benito con Mussolini, para crear las Leyes de Reforma, y le quitó a la iglesia sus propiedades en la ley de desamortización, por ahí creó un bello Registro Civil. Veracruz siempre fue el último refugio cuando la patria sucumbía, por aquí mismo salió Porfirio Díaz en el Ipyranga a conocer la Francia, donde están sus restos sepultados. Viene también el presidente a darle calor político al gobernador, que a veces anda jodido y alicaído, a darle respiración de boca a boca y muy seguro a tirarle un spitch de honrado. Eso revitaliza al góber Cuitláhuac. Llega también, quizá, a darle otra palmada en la espalda al Súper Delegado, Manuel Rafael Huerta Ladrón de Guevara, quien sufre un asedio de fuego amigo y enemigo, defendido por su lugarteniente, el buen Polo. Anuncian llegada a Xalapa, allí pernocta este mismo sábado, el domingo 27 a primera hora sale rumbo a Veracruz para presidir otra reunión de evaluación de programas sociales, y para brincar a Córdoba, donde al medio día se tomará un café cordobés y presidirá la tercera y última reunión veracruzana sobre lo mismo. Se ignora si regresa por avión o por la ruta de la mugre y cara autopista de Capufe, y el EMP lo debe cuidar bien, porque acá en la montaña de la frontera Esperanza-Orizaba, allí hay mucho maloso asaltando a los tráileres y a los turistas, no le vayan a quitar el reloj a mi presidente, o el teléfono celular, cartera no, porque no usa. Bienvenido, presidente. Qué sea para bien de Veracruz.
LA MUERTE DE LA JUEZ
La fallecida juez de la Corte Suprema de Estados Unidos Ruth Bader Ginsburg, una defensora de la igualdad de género, volvió a hacer historia este viernes al convertirse en la primera mujer y la primera judía en ser velada con una capilla ardiente en el Capitolio. Ginsburg, una juez liberal que estuvo en el alto tribunal desde 1993, falleció el viernes pasado a los 87 años. Conocida simplemente como RBG, era un ícono para millones de personas -incluidas muchas jóvenes- tras una larga carrera legal construida en la lucha por los derechos de las mujeres. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, también asistió y dio la bienvenida a los restos de Ginsburg al Capitolio. “Es con profundo pesar y profunda simpatía por la familia Ginsburg, que tengo el gran honor de dar la bienvenida a la jueza Ruth Bader Ginsburg para que descansen el Capitolio de Estados Unidos”, dijo Pelosi en el salón. “Lo hace en un catafalco construido para Abraham Lincoln. Que descanse en paz”. La pionera de los derechos civiles Rosa Parks también fue homenajeada en el Capitolio en 2005, pero como una ciudadana privada “con honores” y no con una capilla ardiente. Una estatua de Parks, colocada en 2013, está junto al féretro de Ginsburg durante la ceremonia. Tomado de Reforma.
