A dos años de arribar al poder presidencial Andrés Manuel López Obrador ha hecho muchas olas, levantado tempestades y sembrado divisiones entre los grupos de poder fáctico y su gobierno; ya marcó raya con empresarios, con grupos políticos de oposición y ahora son los intelectuales, académicos, antropólogos, científicos, astrónomos, ensayistas, artistas, muchos distinguidos con premios nacionales, quienes le exigen respetar la libertad de expresión, detener el discurso de “estigmatización” y “difamación” contra sus supuestos adversarios, porque, dicen: “Al hacerlo, agravia a la sociedad, degrada el lenguaje público y rebaja la tribuna presidencial de la que debería emanar un discurso tolerante” … “El presidente profiere juicios y propala falsedades que siembran odio y división en la sociedad mexicana”. “Esto tiene que parar”. Sin embargo, el presidente responde ratificando sus descalificaciones, agobiado como está por las prisas de dejar consolidado su proyecto de nación. ¿Quién serenará al país?