No es López Obrador el primer presidente que en su retórica dibuja un México diferente al del resto de los mexicanos, lo hicieron con frecuencia muchos de sus antecesores y en su momento se les formularon los señalamientos de rigor. Que la pandemia ha tratado mejor a México que “a países con mejor potencial económico”, “… sin embargo, “no han podido enfrentar con éxito esta pandemia”, dice AMLO. O sea, subliminalmente nos señala que su gobierno lo ha hecho mejor y acude a su argumento central: no se han impuesto medidas autoritarias para el confinamiento, como si efectivamente esto haya sido un éxito, pero evade referir la grave crisis económica que enfrenta gran parte de la población mexicana, también los más de 70 mil muertos provocados por el Covid-19, que la mortalidad en México es de 10.6% muy por encima del parámetro internacional, pues es de las más elevadas del mundo y somos el cuarto país con más fallecimientos por Covid-19. Si bien al presidente le vino esta pandemia “como anillo al dedo”, a los mexicanos está dejando dolor, lágrimas y desconsuelo, he allí la diferencia entre lo virtual y lo real.