¿Quién manda en Veracruz? / VI?CTOR MURGUI?A VELASCO

En el caso de los gobernadores que ha tenido Veracruz recordemos que Dante Delgado, Fidel Herrera y Miguel Ángel Yunes ejercieron el poder en forma parecida.

A Dante sus colaboradores le querían decir que se acordara que era el gobernador, pues si bien logró despachar en la silla principal del Palacio de Gobierno, operaba como secretario de Gobierno, presidente del PRI y titular de las demás carteras de su gabinete.

De Dante se decía que el único que se le oponía, desobedecía y cambiaba sus órdenes era Gerardo Poo, su secretario de Finanzas. Nada de eso. Cierto que lo respetaba y que le daba trato distinto a los demás secretarios, pero no al grado de lo que, a conveniencia de Dante, equivocadamente se decía.

Fidel y Yunes estuvieron en todo. No dejaban cabo suelto de la administración pública. Nadie dudó de que ejercían el poder a plenitud.

A Rafael Hernández Ochoa le gustó el poder y lo ejerció, pero también delegó y por eso Carlos Brito fue un joven subsecretario de Gobierno fuerte, al grado de que al nativo de Santa Gertrudis le quisieron calentar la cabeza de que Brito era el que mandaba. No era cierto, todo era a conveniencia de RHO y sostuvo al de Agua Dulce.

Patricio Chirinos también delegó y se repitió la historia de un secretario de Gobierno fuerte, esa vez en la persona de Yunes Linares. Sin embargo, Chirinos nunca soltó el mando. Al final, Chirinos se quedó con la imagen de bueno.

El caso más emblemático de cómo un gobernador ejerce el mando y el poder que da la gubernatura acaso sea el de Agustín Acosta Lagunes. Fue un hombre inteligente, experto en economía, pero desconocía lo relativo a la práctica política. Por eso puso en la subsecretaría (y luego en la Secretaría) de Gobierno a otro hombre inteligente y de poder, Ignacio Morales Lechuga, para que le resolviera todo. Y Morales Lechuga le resolvió todo y más.

Hasta que un día se cansó que dijeran que no gobernaba. Entonces ordenó la salida de IML y, en una decisión que a algunos tomó por sorpresa, pero no a los que estaban cerca de él, determinó que su nuevo secretario de Gobierno fuera Amadeo Flores Espinosa, a quien al inicio de su mandato ni conocía.

Actualmente se dice en algunos sectores que el secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros, es el que manda en Veracruz. ¿Usted cree eso?

Es cierto que el funcionario que aprendió en Baja California lo que es la administración pública tiene la confianza de Cuitláhuac García y relativa manga ancha para resolver los problemas, pero hasta ahí.

Si al gobernador le conviene que el secretario de Gobierno siga siendo el mismo hasta el final de su mandato, para incluso tratar de jugar esa carta para la sucesión, así será. Si por otros motivos (errores o pérdida de confianza) considera conveniente relevarlo, lo hará y lo mandará a otro cargo, de candidato o a su casa.

Eso sí, los gobernadores reciben presiones, recomendaciones y peticiones del gobierno federal. Así ha sido y así es, como actualmente sería el caso con la poderosa (en el gobierno de AMLO) secretaria de Energía, Rocío Nahle, pero de todas formas, ahora y en el pasado, quien manda, si quiere, es el gobernador.