Ya sería ocioso especular sobre si el presidente ha decidido o no sentar a los expresidentes de México en el banquillo de los acusados, porque, excepto Zedillo y Fox, desde Salinas a Peña Nieto han sido señalados de haber incurrido en irregularidades. Se está preparando el escenario para ese show cuyo propósito final no parece ser transparentar asuntos de la función pública sino exhibir a adversarios políticos con miras a la elección de 2021. ¿Meterán en prisión a Salinas de Gortari, a Calderón y Peña Nieto? Como un acto de poder sería posible, pero en los márgenes de un Estado de Derecho quién sabe, y no porque necesariamente sean inocentes sino por dificultad de demostrar la culpa. Una consulta ciudadana es solo el formulario para interesar al crédulo ciudadano en un libreto preconcebido de “democracia participativa” con propósito de tomar ventajas políticas, porque una es la “verdad histórica” y otra la verdad jurídica.